Estado y mercado
La militancia de pavadas no está en cuarentena, por el contrario. En los días intensos y hasta angustiantes del coronavirus, llueven consignas que, multiplicadas en las redes sociales, se extienden más que la pandemia. Todo está mezclado, desde mensajes falsos, consejos falaces, mentiras despiadadas y, también, noticias, datos y opiniones certificadas por quienes las difunden. En ese universo infinito, en nuestro pequeño micromundo de ideologismos, la última consigna impulsada por el relato dice: "Te salva el Estado, no el mercado".
La frase, repetida decenas de miles de veces en posteos diversos, fue asumida para volver a plantear lo maravilloso que es el Estado rescatando argentinos en los aviones de Aerolíneas frente a las mañas diabólicas del mercado. Así de simple, así de lineal, una vez más el viejo truco que muestra lo llamativo y esconde lo esencial: que ya no queda en el mundo, desde China hasta los Estados Unidos, nada que sostenga la potencia de sus servicios estatales sin el aporte de recursos que, vía impuestos, hace la economía privada, también conocida como mercado.
Mejor sería saber que hay roles distintos. Y que desde siempre mercado y Estado se necesitan mutuamente.