Raro encuentro
Viena, Austria.- Gestos de kitsch involuntario; el extraño encuentro de objetos de diversa procedencia, textura y temporalidad, ya no en una surrealista mesa de disección, sino en la vidriera de una tapicería en Viena. Ella es bañista, pero también podría ser sirena. Testigo de un raro naufragio: los muñecos que la acompañan, las telas medianamente entrevistas, la calcomanía sobre el cristal que recoge, fugaz, el gesto del fotógrafo. La imagen rezuma atemporalidad, como un carrusel que hiciera sonar su música en una ecléctica feria de antigüedades. Pero está el barbijo que cubre parte del rostro de la bella. Y a través de ese sanitario, higiénico y no tan aséptico trozo de tela irrumpe el presente, se quiebra el espejismo de tenue excursión. La imagen es rigurosamente actual, tanto como el miedo al virus. Pero, al igual que la pandemia, también está condenada a ser, en algún momento, historia.