Una desesperante pandemia de incertezas
La investigación científica quedó en primer plano. Y las exigencias por la velocidad en el hallazgo de una solución contra el avance del SARS-CoV2 desafía conocimientos y los procesos para encontrar una vacuna: los famosos papers de las publicaciones de ciencia pero también los protocolos para probar nuevas medicinas se ven infectados por la desesperación global. En plena pandemia, la circulación de personas y objetos se frenó, pero la de información se aceleró. No solo la de noticias: ya se acumulan unos 10.000 artículos académicos sobre el tema. Los desaguisados de Trump dejaron en evidencia hipótesis sin reputación alguna.
Esta semana, el profesor Jeff Jarvis destacaba que en el mundo de la scicomm (comunicación científica) casi nadie se opone a que papeles preliminares sin el habitual y riguroso chequeo se compartan entre colegas. Testeos, barbijos, vacunas y cuidados caseros se cruzan en recomendaciones de voces autorizadas y estadísticas de la OMS, ministerios, especialistas y universidades urgidas por publicar en un entorno no habituado a convivir con el virus de la incerteza.