La reparación
Nueva Zelanda.- Roes Syah es neozelandesa y, al menos hasta el momento en que se tomó esta foto, no sabe nada de la cuarentena que encierra en sus casas a miles de personas en todo el planeta. Roes se inunda de belleza, se pierde en la fragancia de una reserva natural, permanece al margen de la catástrofe, y ojalá pueda seguir haciéndolo. Porque a ella la tragedia la rozó hace un año cuando un supremacista asesinó a cincuenta y una personas en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch. Su padre y su hermano estaban allí y, aunque ambos salvaron la vida, portan las heridas de quienes repentinamente se descubren víctimas sacrificiales del odio ajeno. Roes juega, ignorante de la ansiedad que despierta el encierro, pero muy al tanto del daño del que son capaces los otros. A poca distancia, cincuenta y un jóvenes árboles recuerdan a cada una de las vidas segadas un año atrás. Y prometen sombra, frutos, reparación.