Ajenos al virus
Allá atrás, del otro lado de la pendiente que apenas se divisa a la derecha, corre el río Vístula, parte del nervio de Varsovia, que en muchos de sus días -aunque no precisamente ahora- ha sabido del bullicio del turismo, los paseos de media tarde, la colorida existencia de toda ribera que acompaña a una ciudad. Pero estamos en los tiempos del coronavirus, Polonia no ha sido inmune a sus embates y, es de suponer, habrá visto mermar la afluencia de personas en sus circuitos de esparcimiento. Es de suponer, incluso pese a esta foto donde, a no ser por la fecha, el lugar y el ciclista con barbijo, ninguna amenaza viral parece andar dando vueltas por ahí. Ni distancia social, ni reclusión, ni amarguras de encierro: los gimnastas disfrutan del buen tiempo y de sus cuerpos, ajenos al riesgo. O tal vez demasiado al tanto, y con demasiadas ansias de robarle alguna ilusión de normalidad a la peste.
Edición fotográfica Dante Cosenza