Hubo avances, pero la meta de llegada todavía está lejos
Tras otra semana de negociaciones, el Gobierno y los grandes acreedores de la Argentina acercaron posiciones, aunque sin llegar a cerrar la brecha que los separa. El proceso entra ahora en días decisivos, ya con un desgaste mayor por los tirones en las discusiones. El objetivo es sacar un conejo de la galera que permita dar el empujón final para alcanzar una solución definitiva al crucigrama de la deuda.
Los últimos días dejaron claros avances. Ahora se habla de discusiones de "buena fe". Las posiciones se acercaron. El Grupo Ad Hoc, donde están los fondos más grandes -BlackRock, Fidelity y Ashmore, entre otros- cerró líneas con el Grupo de Bonistas del Canje, comandado por Monarch, HBK y Cyrus, y presentaron, por primera vez, una sola oferta. Pero, así y todo, las diferencias persisten en dos aspectos críticos para ambas partes: el período de gracia -los grandes fondos ofrecen un año; el Gobierno quiere tres- y el cupón de intereses.
Mientras el último sondeo del gobierno argentino marcó un cupón promedio arriba del 2,3%, la propuesta de los grandes fondos aspira a un interés del 4,25%, mayor a la que Martín Guzmán dice que la Argentina puede pagar, pero a "una tasa que actualmente solo está reservada para los soberanos con mayor grado de inversión en América Latina y en los mercados emergentes", según indicó el Grupo Ad Hoc, en un comunicado difundido ayer.
Para los fondos,el cupón de intereses es crucial porque de ahí surge la renta que les ofrecen a sus clientes -trabajadores y jubilados de todo el mundo-, además de su propia ganancia. El Grupo Ad Hoc se ocupó de recordar, en su comunicado, que maneja ahorros. La propuesta conjunta, dijo, es "una iniciativa considerada y responsable por parte de los gestores de activos internacionales que invirtieron en la Argentina en nombre de millones de ahorristas de todo el mundo", y que busca reconocer las necesidades del país, además de satisfacer las "obligaciones fiduciarias con dichos ahorristas".
Los grandes fondos propusieron al Gobierno un plan de reestructuración de la deuda que ofrece un alivio de US$36.000 millones en lo próximos nueve años, con un incentivo: dos tercios de ese dinero está concentrado en los primeros cuatro años, es decir, todo el mandato de Alberto Fernández. Otro mensaje del Grupo Ad Hoc: urgió al Gobierno a "actuar ahora y comprometerse con nuestra nueva propuesta". La paciencia es finita. Ambos grupos poseen en conjunto el 31% de lo bonos de los canjes de 2005 y 2010, y el 32% de los bonos emitidos durante el gobierno de Mauricio Macri.
El Gobierno mejorará la oferta, pero siempre con el objetivo de aspirar a cambiar la dinámica de endeudamiento del país, ganar oxígeno fiscal -más en tiempos de pandemia- y recuperar la sustentabilidad para después negociar con el Fondo Monetario Internacional, que a su vez quiere cobrar US$ 44.000 millones que prestó a la administración Macri.
Los cálculos sobre la brecha entre las ofertas en danza varían, pero el punto en el que coinciden a ambos lados es que esa brecha se achicó. De hecho, fuentes del mercado familiarizadas con las discusiones indicaron a LA NACION que la diferencia es equivalente a alrededor de un 1,5% del producto bruto interno de la Argentina en una década, una cifra que no fue confirmada por el Gobierno.
"Es una diferencia muy, muy marginal que no puede comprometer la sostenibilidad", afirmaron.
Las fuentes describieron el panorama de las negociaciones entre los bonistas y el equipo que comanda Guzmán como "muy fluido" y remarcaron que las discusiones en busca de un acuerdo continúan. En el Gobierno se preparan para volver a estirar los plazos. En ambas partes parece predominar la voluntad de llegar un acuerdo, pero las tensiones inherentes a una negociación de esta naturaleza podrían complicar el camino. Hubo avances, pero la meta de llegada aún está lejos.