Paranoicos
En griego clásico, la palabra paránoos quería decir demente. Había un número de significados para el prefijo pará; uno de ellos era "contrario a". Nóos es más simple: quería decir mente o razón. "Contrario a la razón" parece una etimología bastante esclarecedora.
De allí tomamos la palabra paranoia y fuimos atribuyéndole su propia personalidad, lo que es normal en la vida de los lenguajes. El paranoico no está loco, en el sentido de los antiguos griegos, sino que se siente perseguido o amenazado por algo que, para ponerlo en términos sencillos, no existe. La Real Academia Española es, sin embargo, más amplia en su definición (https://dle.rae.es/paranoia?m=form).
En fin, paranoia y paranoico son las muletillas que se usan para descalificar al que ejerce, en tiempos extraños o en terrenos no cartografiados, una sana prudencia. Cada día, los héroes menos visibles de este momento, los científicos, encuentran una nueva pieza del colosal rompecabezas del SARS-CoV-2. Hasta que el responsable de la pandemia muestre todos sus secretos, nuestro principal punto débil es lo que aún ignoramos. Tropezaremos muchas veces al desbrozar este acertijo. Por eso, en ningún caso será un error la prudencia.