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 • HISTORICO

Lencería cómoda. Creó una marca diferente y es furor en las redes


Un negocio de lencería con mucha personalidad.

Un negocio de lencería con mucha personalidad.



Magdalena Paladini (32) hace piezas de lencería a mano. Con sus diseños, impulsa a repensar la belleza como un sentimiento de poder disfrutarse con libertad. Acá te contamos su historia de emprendedora.
Al hablar con ella por teléfono, es imposible no imaginarse su sonrisa y sentir cómo brilla mientras habla y cuenta la historia de su vida y cómo llegó a crear su emprendimiento de ropa interior con estampados propios, un proyecto a su medida y hecho a mano.
Magdalena tiene 32 años, es de Santa Fe, pero hace 10 años que vive en Buenos Aires, cuando tuvo la oportunidad de ser parte del equipo del Ministerio de Educación y trabajar como diseñadora gráfica en diferentes proyectos. Su formación es amplia y alucinante, estudió Lic. en Diseño de la Comunicación Visual en la Universidad Nacional del Litoral y trabajó durante muchos años como Diseñadora Gráfica y Comunicadora.
En la voz de Mumi se percibe la emoción y orgullo que siente al relatar su historia; cuenta que es muy inquieta, que siempre está proyectado y generando nuevas ideas: su licenciatura no la encasilló, sino que la motivó a coquetear con otras áreas como el mundo del vestuario, la escenografía, el bordado, la fotografía, la pintura y hasta la producción de teatro.

Cumplir sueños

Brilla Gringa está por cumplir 6 años, pero se viene formando desde mucho antes: "Gringa no sería lo que es, si yo no hubiera pasado por todos los lugares en los que trabaje. Surge por mis ganas de hacer algo que quería desde chica, algo relacionado con la ropa". Sus diseños logran romper con la estructura de la lencería convencional.
"Para crear Gringa me inspiré en lo que yo quería consumir, en las falencias que encontraba cuando iba a comprar lencería. Yo soy cómoda en mi forma de andar, y quería hacer algo que se identifique con eso." En cada pieza se destaca la comodidad y la estética ante todo. Para la confección de los corpiños por ejemplo, no usan broches ni aros, ni push up "queremos que la prenda sea lo más sencilla posible y se adapte a la propia forma de cada cuerpo. Celebramos la diversidad y la forma natural de cada una."
Más allá de su gusto personal por la lencería, también eligió este camino porque al ser prendas chicas, el corte sería más sencillo de manipular y hacer la moldería: "así no iba a demandar tanta tercerización. Además, cuando lo arranqué no tenía ahorros, tenía que intentar poder hacer yo la mayoría de las cosas". Mumi no solo es la cabeza y esencia de Gringa, sino que también se dedica a cortar y diseñar las telas, pero con el tiempo fue aprendiendo a delegar y contratar gente de confianza para que la ayuden a darle vuelo a Gringa.

Brilla Gringa, con amor

La decisión de dejar su trabajo en en el Ministerio de Educación le costo muchísimo, no solo por dejar a un lado la seguridad que da un trabajo en relación de dependencia, sino también por los miedos y mandatos que tuvo que afrontar para arriesgar y confiar al 100% en su proyecto: "Emprender es enfrentarte todos los días a nuevas cosas, estar abierto a los movimientos. Para mi, fue enfrentar muchos miedos. Un trabajo interno de autoconocimiento y de fortalecer el emprendimiento".
El autoconocimiento y hacer lo que realmente te apasiona es lo que se necesita para poder trabajar en un emprendimiento, sostiene Mumi, quien al final del día, suele dejar escapar lágrimas de emoción por el encuentro gratificante que suele tener con sus sus clientas
"Todas estamos buscando lo mismo: aceptarnos, querernos, mirarnos con más amor, gustarnos, dejar de hostigarnos con la mirada del otro. Y elegir vestirnos como mejor nos haga sentir a cada una. Siento que sano con cada una que se va y me dice lo bien que se siente con sus Gringas, que se animan a quedarse en malla en la playa, que se empiezan a mirar de otra forma, me agradecen que haya talles, colores, variedad, que realmente estoy pensando en lo que necesitábamos. Me reconozco en esos abrazos y en las selfies que me mandan".
Hace 3 años, decidió sumar trajes de baños a su stock, lo que la llevó a sumar otro taller de costura para acompañar el crecimiento de ventas: "cada vez iba tomando más confianza, me anime a alquilar un espacio y volvimos a duplicar producción y por ende, ventas, haciendo alrededor de 400 conjuntos entre lencería y trajes de baño. Y finalmente cuando renuncie a mi trabajo en relación de dependencia triplicamos producción y desarrollamos nuevos productos". Hoy, con más de 35 mil seguidores en instagram, confeccionan alrededor de 500 corpiños, 300 trusas y 100 calzas mensuales.

Gringa en números

  • 6 años lleva la marca.
  • Tiene más de 35 mil seguidores en Instagram.
  • Por mes confeccionan alrededor de 500 corpiños, 300 trusas y 100 calzas.
Más info: @brillagringa.

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