¿Quién es?
Mariano Acosta: peluquero de profesión, es la tercera generación de una familia dedicada al corte de pelo.
¿Qué hizo?
Reconvirtió el tradicional salón de peluquería en un servicio móvil que se traslada según las necesidades del cliente.
¿Cómo lo hizo?
Mariano Acosta, hijo y nieto de peluqueros, caminó por salones de belleza desde los 13 años. Fue asistente, lavó innumerables cabelleras de mujeres y hasta cobró el servicio en los locales de la familia: la popular cadena Paulino Acosta. Luego empezó a trabajar para la compañía multinacional Unilever como embajador de marca de un producto para el cuidado del cabello femenino. Entre las innumerables investigaciones a las que tenía acceso, y que muchas veces los gerentes de marca no tienen en cuenta, había una que le llamó la atención: las mujeres habían comenzado un proceso irreversible en el que dejaron de ir a la peluquería y muchos de los cuidados del cabello lo hacían en sus casas.
"El cambio más importante fue que tanto hombres como mujeres consumían menos el servicio de peluquería y compraban más champú. Entre los motivos surgía la falta de tiempo", explica Acosta. Ahí vio una oportunidad: si el cliente no puede ir la peluquería, que la peluquería vaya al encuentro del cliente en su tiempo de ocio. Así surgió Kusta Barber Truck, la primera y única barbería y peluquería móvil del país que ofrece diferentes servicios para hombres. Con la misma lógica de un food truck, que se instala en espacios de recreación, cuenta con presencia en cinco centros comerciales de la provincia de Buenos Aires y Santa Fe. Y por estos días está por inaugurar el formato femenino: Kusta Hair Truck, con la posibilidad de llevar la experiencia a los aeropuertos, edificios corporativos, grandes recitales, eventos y estadios de fútbol.
Más allá del diseño de una peluquería dentro de un camión, que según Acosta le tomó mucho tiempo y una inversión de casi US$40.000 por unidad, otro de los fundamentos que tiene esta innovación es que logró estandarizar el servicio en no más de 25 minutos por cliente. "Los clientes actuales piden cortes de pelo y barba muy similares entre sí, y así pudimos unificar criterios de precio, estilo y tiempo para montar peluquerías dentro de un truck y agilizar el servicio. El cliente hoy hace reservas por la web y utiliza la aplicación móvil para saber con precisión en qué momento tiene el turno asignado", explica el peluquero que, en sus inicios, fue el responsable de franquiciar la cadena de peluquerías de su padre. Recuerda que en los mejores momentos de la cadena llegaron a cortarse el pelo más de 1,4 millón de clientes por mes en los 82 locales. "Pero esa época ya no existe. Hoy más que nunca es un servicio personalizado y tenemos que ir adonde están los clientes, y si hay que trasladarse, lo haremos", concluye.