El sueño hippie se desvaneció muy pronto. Ya pasaron 50 años y para algunos es una mera pieza de arqueología. Para otros, en cambio, se recicló en nuevos ideales (el ecologismo, por caso), se mantiene de algún modo vigente o al menos merece un homenaje, más que una mirada cínica. Pablo Gorlero, director de una nueva versión de Hair, el musical-emblema de aquella época de amor libre, drogas psicodélicas y militancia pacifista que se acaba de estrenar en Ciudad Cultural Konex, es de los que cree que vale la pena retomar esa historia de dulces utopías. "Estoy obsesionado hace rato con el tema de la memoria y de la justicia social", asegura. "Ya con Saltimbanquis –obra para toda la familia que este año entró en su cuarta temporada– hablábamos de la importancia de ser solidarios, de aprender a vivir en sociedad, cooperando con el otro, y atentos a quiénes son los malos de la historia. En De eso no se canta, que estuvo en cartel el año pasado, ahondé más en algo histórico-testimonial. Y Hair está muy vinculado con todo eso, me cierra el círculo de creación".
Director, docente y periodista, Gorlero tiene claro que aquellos ideales que estuvieron en boga a fines de los 60 hoy pueden lucir cándidos o, directamente, extravagantes. Sin embargo, sigue encontrando motivaciones para la revalorización y la relectura: "Hoy en día, mostrar a un movimiento de jóvenes que creían que iban a cambiar al mundo a través de la paz y del amor, poniendo margaritas en las escopetas, resulta muy naif para algunos. Pero eso pasó. Esa legión de jóvenes, con sus aciertos y errores, intentó transformar el caos mundial a través de su dialéctica. Para mí, Hair se ajusta más que nunca a la actualidad. Su historia ocurre en 1968, el año del Mayo francés, de la Primavera de Praga. Y ahora la juventud vuelve a salir a la calle con muchos de los reclamos de los hippies y los estudiantes de esos años. Mucha gente está como anestesiada. Hay que aprender un poco de los franceses. Me da mucha pena que una y mil veces el ser humano opte por lavarse las manos y solo salvar su pellejo. Basta con ver quiénes nos gobiernan. Los hippies ya hablaban de igualdad de géneros, de amor libre, de no discriminar. ¡Hace 50 años!".
Después de estrenarse en Broadway en 1968, Hair empezó a propagar su influyente eco en todo el mundo. En la Argentina, hubo una versión producida por Alejandro Romay y Daniel Tinayre en 1971, con Valeria Lynch, Susan Ferrer, Horacio Fontova, Mirta Busnelli y Rubén Rada en el elenco. Mucho tiempo después, Gorlero –un amante incondicional de la obra– decide revivirla, repensando una buena variedad de referencias como condimentos necesarios para armar su propia receta, incluso decidiendo experimentar con la incorporación de escenas del libreto de la versión estrenada en el Off-Off-Broadway. Ya había estudiado Hair al detalle para escribir sus libros de investigación Historia del teatro musical en Buenos Aires e Historia del teatro musical en Broadway y había descubierto en la obra algún ribete místico. Todavía recuerda lo que le pasó cuando la vio por primera vez en Los Ángeles, en un teatro off de Burbank. "Era una puesta austera y me voló la cabeza. Después vi las últimas versiones argentinas (una a fines de los 90, en el IFT, y las de Rubén Elena, en el Premier y en el Astros) y también la de Broadway en 2009. Siempre me gustó Hair, hasta las versiones que no fueron muy buenas. Es que la obra me parece magnífica. Pero me convencí de que tenía que dirigirla cuando vi esa última versión de Nueva York: noté lo que causaba en el público, especialmente en los jóvenes, y confié en que eso podía pasar acá en la Argentina".
Hair-50 años / Adaptación, dirección general y puesta en escena: Pablo Gorlero. Jueves, viernes y sábado a las 21 en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131. Entradas: $500, $650 y $800.