Con 80 escuelas porteñas, que se sumarán durante el año, se amplía el plan Sube y Baja

Con el comienzo del ciclo lectivo en la ciudad de Buenos Aires se iniciará también el programa Sube y Baja, que, por tercer año consecutivo, se implementa en los accesos de los establecimientos educativos para agilizar la circulación de los vehículos. Con la participación de las familias de los alumnos de las escuelas, esta técnica busca disminuir el estacionamiento en doble fila y reducir el tiempo de entrada y salida de los colegios.

Desde que se implementó, en 2017, como prueba piloto en tres escuelas, Sube y Baja sumó, año tras año, cada vez más lugares hasta llegar a los 140, en 2019. Se espera que durante 2020 continúe ampliándose hasta incorporar 80 sitios más, con el fin de promover el ordenamiento vehicular e incentivar las buenas prácticas entre alumnos, familiares y docentes.

El programa consiste en un trabajo en conjunto de cada una de las partes. La Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la ciudad realiza la demarcación con pintura amarilla de la zona donde ingresan los vehículos escolares y los autos particulares.

Esa área va desde una de las esquinas hasta la puerta del colegio por donde ingresan los vehículos. Un grupo de padres, con chalecos reflectivos de seguridad, se encargan de ayudar a los niños para que desciendan de los vehículos tomándoles las mochilas, que no deben estar en el baúl. Mientras tanto, el conductor no apaga el motor del rodado ni desciende de este, dándole dinámica a una situación que puede tornarse engorrosa.

"Brindamos asesoramiento a papás, mamás y docentes para que puedan transmitir la experiencia a los niños de la comunidad educativa. Nuestra meta es incorporar 80 establecimientos para hacer sus entornos más ordenados y seguros", afirmó ayer el secretario de Transporte y Obras Públicas porteño, Juan José Méndez.

Cuando comenzó la prueba piloto se realizó un seguimiento del funcionamiento en tres escuelas durante cinco semanas. En ese período, según información desde la secretaría, se notó un impacto inmediato con una fuerte disminución de la cantidad de vehículos estacionados en doble fila y una reducción de 20 minutos, en promedio, del tiempo utilizado por cada padre para dejar a los niños o retirarlos de la escuela.

En 2018 fue el despegue de este programa, que tuvo gran aceptación. Ese año, 71 nuevas escuelas implementaron la técnica, que siguió ampliándose en 2019 con otros 66 para tener un alcance de 70.000 alumnos beneficiados. Durante el ciclo lectivo que se iniciará el lunes se alcanzarán los 220 sitios.

El programa es voluntario y no tiene costos para las escuelas, ya que los materiales necesarios son provistos por el gobierno porteño. La implementación requiere una serie de etapas previas con una duración de cuatro semanas. En primer término se realiza una reunión con las autoridades de cada establecimiento educativo para acercar la propuesta y conocer las dinámicas particulares de entrada y salida de la escuela. Luego se avanza con un relevamiento de la zona por parte del equipo técnico.

Una vez presentada la propuesta se ejecuta la obra de adecuación de la zona. En una charla de educación vial sobre el programa se explica la dinámica de Sube y Baja y las nociones básicas de seguridad vial relacionadas con la puerta de la escuela y las seguridad de los menores.

Durante dos semanas, dos agentes de tránsito participan junto a los padres de la adaptación del sistema. A cada escuela se le entrega un kit compuesto por pecheras, conos y piezas gráficas, elementos básicos para llevar adelante el programa. Las autoridades de los colegios que quieran implementar el sistema pueden pedir asesoramiento en la secretaría solicitando información al mail subeybaja@buenosaires.gob.ar.