Reapareció Salvini y prometió una dura resistencia al nuevo gobierno
Desplazado del poder, el líder de la xenófoba Liga aseguró que contrapondrá referéndums si se cambian las políticas antiinmigratorias que implementó como ministro
ROMA.- Matteo Salvini, el exhombre fuerte del gobierno italiano que provocó una crisis política que terminó desplazándolo del poder, estrenó ayer su nuevo papel de líder de una oposición que será implacable a golpe de referéndums, según anunció, al darse su primer baño de multitud después de la debacle. El líder de la xenófoba y derechista Liga aprovechó el cierre de una tradicional reunión anual de su agrupación en Pontida, cerca de la ciudad de Bérgamo, en el norte del país, para dejar en claro que no ha muerto políticamente.
"Este es un espectáculo increíble, esta es la Italia que ganará, aquí nace la Italia del futuro", arengó ante una multitud que superó las expectativas de los organizadores el llamado "capitán", que intentó relanzar su soberanismo después de una amarga derrota. Envalentonado por los sondeos, el 8 de agosto pasado Salvini dinamitó inexplicablemente su alianza de 14 meses con el líder del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), Luigi Di Maio, para forzar, en vano, elecciones anticipadas. En una movida que desde el palco del mitin definió como "una traición", con tal de evitar comicios que hubieran determinado la victoria de la derecha, Di Maio formó una nueva alianza con el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, que dio vida a un gobierno de signo contrario, encabezado por el mismo primer ministro, Giuseppe Conte.
Salvini, de camisa blanca y serio en su nuevo papel de líder de la oposición, ante un mar colorido de personas volvió a denunciar esta maniobra -totalmente legítima en un sistema parlamentario como el italiano-, acusando de "traicioneros" a sus protagonistas, que quisieron quedarse "aferrados a sus asientos". "Pero no podrán escapar al infinito; antes o después volveremos a votar", clamó.
El exministro del Interior dejó en claro la nueva línea política que tendrá ahora la Liga, que no dudará en contraponer el uso de referéndums si el gobierno llega a cambiar en dos temas cruciales: el primero, la política migratoria que llevó al cierre de puertos y al rechazo del desembarco de naves humanitarias que rescatan migrantes; el segundo, la ley electoral. "Si llegan a desmantelar los decretos de seguridad, haremos un referéndum y recolectaremos 500.000 firmas, recolectaremos 5 millones de firmas, para que sea el pueblo el que se oponga a las decisiones palaciegas", aseguró.
Como era de esperar, también atacó al nuevo gobierno por haber autorizado anteayer el desembarco en el Puerto de Lampedusa de 82 migrantes rescatados por el barco humanitario Ocean Viking, un gesto de ruptura con sus políticas. "El problema es que Italia volverá a ser un campo de refugiados. Lo veremos en las próximas semanas. Las ONG han festejado, pero sobre la inmigración veo el futuro gris, muy mal", lamentó. "Nosotros queremos el gobierno del pueblo en contra del gobierno palaciego. El pueblo puede recolectar firmas, proponer leyes y referéndums", explicó.
También amenazó con contraponer un referéndum si prospera una idea del nuevo gobierno "rojo-amarillo" (por los colores del PD y el M5E) de volver a un sistema electoral proporcional, algo que frenaría el eventual ascenso al poder de la Liga en futuras elecciones. "Queremos una ley que diga claramente quién gobierna", afirmó, pronunciándose en favor de un sistema mayoritario.
El exministro del Interior, que perdió algunos puntos de consenso por la crisis política, aunque su partido, la Liga, sigue siendo el primero según los sondeos, volvió, además, a prometer un impuesto único del 15%, uno de sus caballitos de batalla. "Será la primera medida cuando volvamos al gobierno", prometió, en un gran baño de multitud que no estuvo exento de tensión debido a insultos al presidente Sergio Mattarella y a algunos periodistas.
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