En la zona donde apareció el brote, la vida entró en pausa para evitar lo peor
La enfermedad fue detectada el mes pasado, pero en Wuhan se tomaron recaudos solo en los últimos días
LA NACIONPEKÍN (AFP).- La metrópolis de Wuhan, con 11 millones de personas, en el centro de China, donde se sitúa el origen del nuevo coronavirus que ya provocó 17 muertes en el país, quedó transformada de la noche a la mañana por el brote de la enfermedad, encerrada en sí misma tras el duro golpe y a la espera de retomar su reciente pujanza.
La gran mayoría de los casos de contaminación por el virus fueron registrados en este auténtico centro de comunicaciones situado a orillas del río Yangtsé, una ciudad universitaria en rápido desarrollo conocida por la fundición de acero y sus veranos abrasadores.
La epidemia fue detectada por primera vez el mes pasado, en un mercado de la ciudad.
Se instalaron detectores de fiebre en las estaciones y el aeropuerto. En las rutas, se mide la temperatura corporal en los puestos de control, y los viajes en ómnibus y otros medios de transporte, incluso los organizados, no pueden tras la decisión de las autoridades. La policía también controla la presencia de animales salvajes en los vehículos que entran y salen de la ciudad.
"No hay más máscaras en las farmacias, todo desapareció", contó Vincent Lemarié, un profesor de francés que enseña en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hubei, la provincia donde se encuentra Wuhan.
Charly Bonnassie, un estudiante francés que ayer tomó un tren procedente de Wuhan, aseguró que "el 100% de los viajeros y del personal" iban con máscaras.
Para evitar cualquier concentración, las autoridades anularon los festejos previstos para el Año Nuevo chino, el 25 de enero.
El famoso templo budista Guiyuan, en el que el año pasado se reunieron 700.000 fieles para esta ocasión, tuvo que anular las celebraciones. Unas 30.000 personas ya habían reservado su entrada y otros 200.000 boletos habían sido distribuidos gratuitamente. Las autoridades también prohibieron cualquier espectáculo y cerraron el museo.
El alcalde, criticado por haber organizado el fin de semana pasado un banquete al que acudieron 40.000 familias, tuvo que explicar que entonces se desconocía la envergadura de la epidemia.
La ciudad deseó durante mucho tiempo el prestigio internacional y experimentó un gran frenesí de construcción después de que fue elegida para organizar los Juegos Militares de 2019 en octubre, involucrando a casi 10.000 soldados de 109 naciones.
También organizó el Campeonato Asiático de Bádminton y el Campeonato Mundial de Bridge del año pasado. Ahora ese remolino de actividad está momentáneamente en pausa.
"La gente está un poco preocupada", dijo una residente. "Un amigo que me había invitado a pasar el Año Nuevo con él en otra ciudad de Hubei prefirió anularlo. Tiene miedo de que lo contamine. Personalmente, yo también prefiero cancelar mi viaje para evitar tomar el tren y encontrarme junto a gente contagiosa", lamentó.
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