Israel: los partidos árabes apoyan a Gantz
La Lista Unida, tercera fuerza, busca impedir la reelección de Netanyahu
LA NACIONJERUSALÉN.- Tras las elecciones del martes, los partidos políticos de Israel comenzaron a definir sus estrategias. Por primera vez en más de un cuarto de siglo, los partidos árabes de Israel apoyaron a un candidato, Benny Gantz, con el objetivo de finalizar con el gobierno de Benjamin Netanyahu.
El presidente Reuven Rivlin abrió una ronda de consultas con los representantes de los distintos partidos en las que el mandatario pide a cada uno que exponga sus recomendaciones para la designación del próximo primer ministro, ante la posibilidad de un empate en elecciones. "Estoy convencido de que hay que formar un gobierno estable con los dos grandes partidos", el Likud y Azul y Blanco, dijo Rivlin. Y agregó: "Es la voluntad del pueblo".
Sin embargo, líderes de la Lista Unida de partidos árabes le indicaron al presidente israelí su predilección por Gantz, del partido Azul y Blanco. Esta es la primera vez desde 1992 que los partidos árabes en Israel respaldan a un candidato para ejercer el cargo de primer ministro.
La Lista Unida, liderada por Ayman Odeh, se convirtió en la tercera fuerza política, con 13 diputados, y, sorpresivamente, pronunció su apoyo a Gantz. "Bajo la era Netanyahu, nos convertimos en ilegítimos dentro de la política israelí. Buscamos impedir que sea primer ministro", dijo Odeh.
En Israel, el presidente elige al político que considere para formar un gobierno de coalición estable. Habitualmente es una formalidad, pero en esta ocasión Rivlin juega un rol clave después de que el resultado electoral no le otorgó la mayoría absoluta a ninguno de los candidatos.
En las elecciones, el partido centrista Azul y Blanco, de Benny Gantz, obtuvo 33 de los 120 lugares del Parlamento, mientras que el partido de derecha Likud, de Netanyahu, alcanzó 31 puestos. Ninguno llegó a los 61 lugares necesarios para tener la mayoría.
El candidato de Rivlin tendrá hasta seis semanas para formar una coalición. Si no, el presidente podría seleccionar a otro candidato, que tendría 28 días. Y si eso no funciona, habría nuevas elecciones, pero Rivlin dejó en claro que intentaría evitar la última posibilidad.ß
Agencia AFP y AP
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