Los roces con Iglesias amenazan la investidura de Sánchez en España
En el primer día de debate en el Congreso, el líder de Podemos le dijo al presidente que no iba a ser "un decorado" de su gobierno
LA NACIONMADRID.- El jefe de gobierno español en funciones, el socialista Pedro Sánchez, ofreció ayer al Congreso un programa con claro acento progresista para seducir a la izquierda radical Podemos, con quien evidenció sin embargo discrepancias para formar un gobierno de coalición.
"Tenemos la posibilidad de sacar adelante todo aquello en lo que coincidimos: (...) la promesa de la izquierda, un progreso ecológicamente sostenible y la distribución justa de ese progreso", dijo en su sesión de investidura.
Después de tres meses de bloqueo tras las elecciones legislativas del 28 de abril, el discurso de Sánchez puso en marcha la cuenta regresiva para seducir a un Congreso en el que su partido, el PSOE, solo cuenta con 123 de 350 diputados.
Los 42 diputados de Podemos, junto al apoyo y la abstención de pequeños partidos regionales, son la fórmula más factible para asegurarse los votos antes de pasado mañana, cuando culminará el debate de investidura.
Por ello, desplegó un abanico de propuestas claramente escoradas a la izquierda: un nuevo aumento del salario mínimo -elevado a 1050 euros mensuales desde enero-, reindexar las pensiones a la inflación, legalizar la eutanasia o controlar el encarecimiento de los alquileres.
El candidato socialista, en el poder desde junio de 2018, dispondrá de dos oportunidades: la primera en una votación hoy, cuando requerirá mayoría absoluta, y la segunda pasado mañana, cuando le bastaría con una mayoría simple.
Sin embargo, el debate dejó en evidencia que el pacto se augura lejano. Las buenas relaciones entre el PSOE y Podemos del corto primer mandato de Sánchez se convirtieron en desconfianza.
"No nos vamos a dejar pisotear ni humillar por nadie", advirtió el líder de Podemos, Pablo Iglesias, tras un tenso debate con Sánchez en el que llegó a decir que si no acepta un gobierno conjunto "no será presidente nunca".
Una hipotética coalición, inaudita en la historia reciente de España, nunca había sido del agrado del líder socialista, que se decantaba por un gobierno en solitario con Podemos como socio preferente.
La situación se desbloqueó el viernes, cuando Iglesias renunció a entrar en el Ejecutivo, una de las exigencias de Sánchez para pactar una coalición.
Después de dos días de discretas negociaciones, estas parecen enquistadas en las funciones que asumirá la izquierda radical.
"No nos propongan ser un mero decorado en su gobierno porque eso no lo podemos aceptar", dijo Iglesias. "Nos lo van a poner muy difícil", pero "estoy dispuesto a correr ese riesgo", indicó, por su parte, el candidato socialista.
Si la investidura fracasa y no se forma un gobierno en los próximos dos meses, el país se precipitaría a una convocatoria anticipada a la cuarta elección legislativa en cuatro años.
Ante este escenario de inestabilidad, Sánchez volvió a plantear una fórmula alternativa a la coalición con Podemos: una abstención del otro gran partido español, el conservador Partido Popular, y del centroderechista Ciudadanos para poder gobernar en solitario.
"No pido que voten a favor, que aplaudan, lo único que les pido es que faciliten la constitución de un gobierno en España", insistió el socialista.
La propuesta desconcertó a Podemos -"está demostrando que solo está negociando con nosotros porque no le queda otra", le reprochó Iglesias- y tampoco surtió efecto en la derecha.
"¿Cómo voy a dar patente de corso a aquel que luego tiene complicidad con los que quieren destruir España?", señaló el líder conservador Pablo Casado, en referencia al diálogo iniciado por Sánchez con los dirigentes independentistas de Cataluña.
Así, el socialista parece condenado a recabar los mismos apoyos que lo auparon al poder en junio de 2018 en una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy: Podemos, nacionalistas vascos e independentistas catalanes.
Al menos uno de los partidos separatistas catalanes se inclina a facilitar su investidura si pactan un gobierno de coalición con Podemos. Pero los socialistas prefieren no depender de su apoyo.
Agencias AFP y DPA
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