Maquillaje
Brasilia, Brasil.- Imagínense a aquel hombre inclinado sobre un espejo de agua, tiñendo su rostro con trazos simples, el dibujo de quien procura establecer con ese maquillaje una seña de identidad o hacerse de un poder extraordinario, indicar su jerarquía en la tribu o rendir tributo a las maravillas de la naturaleza en un acto de pura religiosidad. Imagínense a ese indio en aquel mundo pretérito e inverosímil, llevando adelante la ceremonia del maquillaje como sucedía en mundos tan antiguos como el suyo, en el corazón de las tribus africanas o en el de los primitivos egipcios, el indio siempre apartado en los márgenes y tantas veces perseguido, y mírenlo acá, los ojos contemplando su propio rostro no ya en el cristal del río, sino en el espejo del mundo moderno. El gesto de ligera coquetería lo vuelve próximo, uno más entre nosotros y sin embargo tan cerca de sus ancestros. Dos tiempos remotos unidos en un trazo de la historia.
Edición fotográfica Dante Cosenza