Contrastes
Es difícil resistir la tentación de encontrar, en esta sola imagen, las claves de una época. Porque uno la observa, y pareciera que allí están: nuestro mundo, un tinglado que se descascara, pierde los ropajes, exhibe sus miserias de modo cada vez más brutal. Un mundo que se cae a pedazos mientras, imperturbable, sostiene la promesa de incalculables fiestas por venir. Miren la belleza fantasmal, etérea e hipnótica, de esos maniquíes. El vidrio que los resguarda. El cielo que se esfuma tras ellos. Durante las últimas manifestaciones, la furia ciudadana se hizo sentir en Beirut. La ciudad se estremeció, crujió, aulló. Como se estremecen, crujen y aúllan muchas otras ciudades, en un planeta que, también él, avisa que el momento de peligro es este, ahora. Se caen las certezas, como las losas del negocio de la foto. Pero, ciegos y rígidos maniquíes, insistimos en no verlo.
Edición fotográfica: Dante Cosenza