Hormigas robóticas y acopios verticales: cómo es la planta de $1200 millones que inauguró Molinos
Veinte "hormigas" se deslizan por el piso de cemento buscando, entre las torres de pallets, el producto que necesitan. Los robots circulan por el espacio del galpón como objetos encantados, autónomos, enfocados en cumplir con la orden de compra que les fue asignada. Ayudados por una cámara y un láser van leyendo códigos QR y cuando encuentran lo que buscan, lo toman y lo acercan hasta otro robot, que se encarga de apilarlos. Cuando el pedido está completo, un tercer robot lo envuelve en film y lo deja listo para ser cargado en alguno de los 100 camiones que llegan cada día a la planta que la empresa Molinos Río de la Plata tiene en Esteban Echeverría.
Así es uno de los espacios que fue inaugurado hoy por el presidente de la compañía, Luis Perez Companc, con la presencia del presidente Mauricio Macri y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. El otro espacio inaugurado oficialmente fue la planta robotizada de snacks saludables, donde se producen, con apenas ocho operadores en la línea, 400 obleas por minuto: siete millones al mes.
Entre el almacén y la línea de snacks saludables la compañía hizo una inversión de $1200 millones, que se suma a los $700 millones invertido el año pasado en la robotización de la línea de producción de fideos Lucchetti y su acopio, en Tortuguitas. Así, la empresa tiene dos de sus 14 centros de distribución robotizados y planea ir reconvirtiendo el resto. Según dijo Perez Companc, esta modernización, que apunta a generar "productos de la mejor calidad al menor precio posible para el cliente", volvió más eficiente a la empresa, que redujo 20% su emisión de dióxido de carbono en la producción y 15% el consumo de energía.
En la planta de Esteban Echeverría trabajan 300 empleados (de los 10.000 que tiene el Grupo Perez Companc) y la robotización implicó un proceso de recapacitación y reubicación de algunos trabajadores en otras áreas. Según detalló a LA NACION el gerente de la planta, Pablo Barbería, en el almacén trabajan actualmente 36 empleados.
La línea de snacks saludables está en un sector de los 25.000 metros cuadrados que tiene la planta y cuenta con medidas especiales de seguridad, dado que todos los productos que se producen ahí derivan del arroz y están certificados como libres de gluten.
Este sector tiene tres líneas de producción que elaboran alimentos para Gallo y Chocoarroz, marca que fue adquirida por la empresa en 2012. Ese mismo año, Molinos se desprendió de las golosinas Bonafide y decidió darle impulso a la categoría de "snacks saludables", que "creció exponencialmente", dijeron en la firma.
Entre los dos extremos de la línea de producción -desde el momento en que las galletas ingresan a la manga hasta que, ya envueltas, son puestas en cajas por un brazo robótico- los productos saludables pasan por equipamiento importado de Holanda, España y Canadá, pero también de origen nacional. La bañadora de chocolate de las obleas y la enfriadora, por ejemplo, están hechas por la empresa marplatense GDG.
A eso se refirió la gobernadora Vidal, cuando en su discurso dijo que "la expansión de Molinos no es un hecho aislado" y destacó que implicó el trabajo de 25 pymes. "La robótica hoy es parte de la producción y, lejos de asustarnos, tenemos que prepararnos para que los chicos puedan insertarse en estas empresas y saber manejar la tecnología", agregó.
En el mismo sentido se manifestó el Presidente, que destacó al Grupo Perez Companc como una empresa "que apuesta a la Argentina y a los argentinos". Y agregó: "Hace un año visitamos Lucchetti por un motivo similar a este: decidieron ampliarse y crecer, confiando en su potencial, inclusive en un momento que era difícil para nuestro país. Pero, como hacen los argentinos en los peores momentos, empujaron más que nunca. Porque sabíamos que la tormenta iba a pasar. Del otro lado de este río nos espera algo distinto: un país preparado para el futuro, con bases sólidas donde pararnos para crecer", sostuvo.
Macri y Vidal recorrieron las instalaciones modernizadas que cuentan, además, con un almacén vertical de 30 metros de alto y 14.000 posiciones para pallets repartidos en 12 niveles. De la recorrida participaron también Evert Van Tooren, subsecretario de Tierras y Acceso Justo al Hábitat bonaerense, y autoridades de la empresa alimenticia. Los productos -no solo los producidos en Esteban Echeverría, sino también los de otras plantas de la compañía- se almacenan en ese lugar, ordenados continuamente por robots que viajan por tres líneas de vías. Este es uno de los lugares a los que llegan las "hormigas" cuando se deslizan por el cemento buscando los productos que necesitan.