Fernández eligió a Marco Lavagna para dirigir un Indec "con credibilidad"
El presidente electo podría impulsar una ley para dar autonomía al organismo; la consultora del economista había sido multada por Moreno por medir la inflación, en 2011
En marzo de 2011, el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno le imponía una multa de 500.000 pesos a la consultora Ecolatina, fundada por Roberto Lavagna y dirigida por su hijo Marco, por difundir mediciones propias de inflación. Lo mismo haría con otras seis empresas que desafiaban los números del Indec intervenido, denunciando algunos de sus directivos por "agiotaje" o fraude económico. Con el tiempo, las multas, que para Ecolatina alcanzaron el millón de pesos, fueron revocadas por la Corte Suprema de Justicia y Moreno terminó procesado por abuso de autoridad.
Ocho años después de aquella arremetida, Marco Lavagna se hará cargo de conducir el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Así lo confirmaron a LA NACION desde el entorno de Alberto Fernández.
A mediados de la semana pasada, en sus oficinas de Puerto Madero, el presidente electo le planteó al economista y diputado nacional la necesidad de "blindar de credibilidad el organismo", para lo cual había pensado que la designación debía recaer en alguien que cumpliera dos requisitos básicos: contar con capacidad técnica y no pertenecer al Frente de Todos. "Necesito alguien que no sea nuestro, pero con quien me pueda sentar a hablar", habría sido el convite.
La designación llegaría de la mano de un tercer ingrediente: un proyecto de ley para conferir autonomía al Indec frente a los gobiernos de turno y evitar que se repitan experiencias como la de Moreno.
La semana pasada, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, anunció que el oficialismo enviará un proyecto de ley antes de dejar el poder para resguardar al Indec de injerencias políticas y modernizar sus procedimientos internos. El Frente de Todos podría modificar la letra chica de esa iniciativa -que aún no se conoce- o presentar un proyecto propio. En los últimos años se presentaron varios proyectos con el mismo fin, incluso del Frente Renovador, que integraba Lavagna.
Con la designación de Lavagna y una autonomía del Indec consagrada por el Congreso, Fernández no solo busca enviar una señal a los mercados y a la sociedad, que durante años se manejó con el termómetro de "la inflación del changuito", como la bautizó Hugo Moyano. También se trata de cerrar un capítulo personal: el presidente electo era el jefe de Gabinete de Néstor Kirchner cuando se inició la intervención del Indec, en 2005, que luego derivó en persecuciones internas, patotas y desmanes puertas adentro y afuera del organismo.
Aunque Lavagna evitó confirmar su designación, en su equipo ya comenzaron a estudiar los pasos a seguir a partir del 10 de diciembre. "Marco cree que [el actual director del Indec] Jorge Todesca y los técnicos del organismo hicieron un buen trabajo estos años. En ese sentido, cuanto menos se toque a los equipos técnicos mejor será para la autonomía y credibilidad del organismo", explican.
Agregan que lo ideal sería garantizar una estructura del organismo con una dirección general avalada por el Congreso, como sucede hoy con el Banco Central, algo que Lavagna propuso en el pasado otras entidades, como la Unidad de Información Financiera (UIF).
La lectura política y las dudas
El mandato de Lavagna como diputado concluirá el 10 de diciembre. El economista buscó la reelección al frente de la lista porteña de Consenso Federal, pero, con el 5,75% de los votos, quedó fuera del Congreso.
Hasta la definición de alianzas electorales, a comienzos de este año, Marco fue la cara visible de los equipos económicos de Sergio Massa en el Congreso. Con un perfil por momentos más técnico que político, se mantuvo apartado de las batallas que el tigrense daba en público contra el macrismo o el kirchnerismo. Cuando Massa se alió con Fernández, se mantuvo junto a la candidatura presidencial de su padre, Roberto Lavagna.
Cerca del economista son enfáticos al señalar que la designación en el Indec no es parte de un acuerdo ni con Lavagna padre ni con la docena de diputados que podría alcanzar Consenso Federal en el Congreso. Eso no quita que, como habría dicho Fernández, se trate de políticos "con los que se puede sentar a hablar".
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