La modelo y conductora asegura que disfruta del manejo y que se deben profundizar los controles para evitar víctimas en el tránsito
Alegría, frescura y buena onda es lo que Soledad Solaro, la modelo y conductora nacida en Realicó, La Pampa, desperdiga, tanto en las pasarelas como en las transmisiones del Turismo Carretera, que se emiten por la TV Pública, donde es parte de la transmisión con sus notas de color desde la calle de boxes junto con la clasificación (sábados por DeporTV). Las mismas actitudes que también refleja en las redes sociales como influencer (@solarosoledad) y en su nueva etapa de diseñadora, mediante la cápsula de calzado Escorpio para Have Magic.
Soledad recuerda sus inicios en el mundo de los autos: "De chica iba con mi hermano Juan Martín, que es dos años mayor, en el auto de mi abuelo Juan Solaro, era un Ford Granada, la novedad en el pueblo. Y, mi papá es ingeniero agrónomo y tenía campos así que cuando íbamos para allá mi hermano me enseñaba lo básico: encender el auto, poner primera y pasar los cambios… Pero cometía errores, como todos. Me acuerdo que una vez crucé un guardaganado con un Fiat Regatta 2000, rojo; me acuerdo porque ese es un color que no me gusta para un auto. Y, a los 20 años, ya en Buenos Aires, tomé clases con Juan Carlos, un profesor particular con el que todos los días íbamos en su auto por las calles tranquilas para tomarle confianza al auto. Pero me ayudaron mucho los primeros pasos que hice con mi hermano allá en La Pampa".
Al terminar el curso sacó el registro. En la actualidad, varias automotrices le prestan unidades, y reconoce que el auto con el que tomó confianza fue un Citroën C3. Luego Peugeot me prestó un auto y por tres años, tuve un Audi A3. Después, hice un convenio con Peugeot y por varios años manejé sus modelos, así, terminé comprando un 208, que tengo actualmente. Le tomé cariño a la marca. Más allá de esos, me gusta el Mercedes-Benz, es un auto fino, elegante, deportivo, canchero como el A250. En cuanto a los colores prefiero el negro, en algunos modelos el blanco, el gris topo y el azul marino".
Se considera respetuosa de las normas, y aunque le divierte la velocidad dice que "igual manejo tranquila por el tema de las multas y los radares". Si bien, no ha tenido inconvenientes con los vehículos, le gustaría aprender a cambiar un neumático.
Como reflejo de su espíritu libre, cuenta: "De chica viajé con mi familia por ruta a Brasil. Me encanta andar en auto, salir a la ruta y disfrutarlo; para mí ese es un gran programa. Hoy, con la cobertura del Turismo Carretera vamos a varias provincias por este medio y si manejo en la ruta le tengo respeto y presto mayor atención. Por otra parte, desde que uso caja automática me cuesta dejarla, y me parece que es ideal para la cuidad. He viajado en autos espectaculares como una Ferrari o el Mercedes-Benz Alas de Gaviota, y el sonido que producen sus motores son como música para los oídos".
En tecnología destaca, por ejemplo, el sensor de estacionamiento, y al elegir su vehículo, busca confort y seguridad.
Respecto del tránsito asegura: "Acá en Argentina es complicado. En el exterior todos respetan la velocidad y no hacen argentinadas, pero acá sólo empezamos a respetar la velocidad máxima porque hay cámaras. No vemos que en nuestro país tenemos unos medios de transporte público espectaculares, como el Metrobús que ahorra tiempo".
En su auto siempre tiene a mano botellas con agua llenas y vacías, ropa o zapatos: "No soy obsesiva, me gusta tenerlo un poco desordenado, me divierte el auto reo. Tengo la bicicleta plegable en el baúl y si da dejo el auto, agarro la bici y voy por la bicisenda".
Dice que su carácter amable la hace pensar que podría enseñarle a otros a manejar: "Tengo mucha paciencia. Igual, están las personas con esa vocación y los autos preparados para esto. Mi mamá le enseño al marido de una amiga y lo chocó todo; eso también puede pasar", dice entre risas.
Como profesional del modelaje comenta que "un auto es como cualquier otro producto, debemos conocer los beneficios y saber qué se quiere mostrar. En una conducción, comentamos las características generales, pero siempre son los especialistas los que dan los detalles del vehículo. Se tiene que vender ese producto y sabemos de qué manera mostrarlo para que capte la atención y la mejor toma, estamos en los puntos que quieren destacar y los potenciamos".
En su experiencia, analiza que la educación vial también la reflejan los pilotos, ya que "ellos reciben charlas y les hacen test de alcoholismo. Se concientiza a todo el mundo y lo importante que es que quien está al volante no debe tomar alcohol. Y, al igual que en las motos, usar el casco, porque si bien hoy los autos de carreras son muy seguros, el casco siempre salva vidas".
Finalmente, describe una actitud que se está adoptando en el país y culturalmente es muy positiva: "Los que vivimos en la ciudad vemos mayores controles de alcoholemia. Así, en reuniones o cenas de las que participo, se elige al conductor responsable; y como yo no tomo alcohol muchas veces me toca". Respecto de los adolecentes, dice: "Más allá de que son rebeldes, hoy tienen información y la publicidad les muestra qué pasa si manejan alcoholizados. Los chicos no son tontos, ven lo que ocurre y también ellos, cada vez más, elijen un conductor responsable. Al final, es una elección por la vida".
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