La modelo y conductora cree que la seguridad vial es vital y que es necesario inculcarla desde niños
Alegre, positiva y siempre con una sonrisa a flor de labios. Así es la modelo, instagramer y conductora Soledad Villareal, más conocida por ser, desde hace nueve temporadas, la cara visible del programa Move (canal Metro, domingos, a las 12). En una charla distendida, Soledad cuenta sus inicios al volante y por qué considera que el auto es una parte fundamental de su día a día.
"Nací en Las Parejas, provincia de Santa Fe. Mi papá, fanático de los autos, nos enseñó a mis dos hermanas y a mi hermano a manejar. En mi caso, aprendí a los 13 años en un Renault 18 azul; después seguí con su Renault 21 blanco y en una pickup Ford. Siempre nos llevaba a conducir por lugares sin tránsito y nunca por las calles. Como todos, al principio tenía muchos nervios y me parecía que iba a ser imposible que aprendiera (especialmente por el tema de pasar los cambios), pero después me fui poniendo canchera y le agarré la mano y entonces es como que todo cambió", recuerda.
Y destaca: "A los 18 años saqué el registro y cuando vine a Capital estuve varios años sin auto hasta que pude comprarme uno y revalidar la licencia. Claro que previamente hice un curso en una escuela de manejo, que es algo que recomiendo porque da otra visión y prepara aún más para manejar bien. Así que cuando volví a manejar me volví a apasionar por los autos". Y ahonda un poco más: "Pasa que mi familia es muy del automovilismo. En Las Parejas tenemos autódromo y siempre era un planazo ir a las carreras con mi papá y hermanos; y si le sumás que tengo un cuñado que corre en karting… Así que toda esa pasión hoy por suerte la puedo desplegar en mi programa, por el cual y gracias a estar en contacto con las automotrices, me permite conducir todo tipo de autos".
Como modelo y desde muy joven, viajó por el mundo y manejó diferentes marcas y rodados: "En Europa hay una prolijidad y un respeto totales por las leyes de tránsito, la señalización y el respeto por los otros, pero en lugares como México es un caos por la cantidad de vehículos. Pero todas han sido experiencias buenísimas".
Soledad dice que si tiene algún problema con en el auto suele meter mano y si puede lo arregla ella misma, sino lo lleva a un experto para que lo solucionen. Y respecto de la tecnología dice: "Es espectacular. Hoy los vehículos nos facilitan todo para que no tengamos accidentes, como las cámaras que ayudan a estacionar o los asistentes de mantenimiento de carril o los sensores de punto ciego. Y además cuando la aplican al confort, es excelente".
Para Soledad "manejar da libertad". Y asegura: "Desde la escuela se deberían dar los primeros conocimientos teóricos, ya que saber manejar es muy útil para cualquier persona en cualquier situación. Más allá que tengas un auto o no, manejar es una herramienta para ayudar en distintas situaciones de la vida".
Comenta que conducir le ha permitido ir a lugares increíbles: "Hace poco estuve en las montañas mendocinas en una travesía off-road, cerca de precipicios y con un paisaje increíble; y pude vivir esa experiencia porque manejo. Acerca de lo cotidiano, respeto las normas de tránsito y creo que la educación vial es fundamental. Vivo en Tigre y en la Panamericana veo todo el tiempo imprudencias de otros conductores que arriesgan su vida y la de los demás. Asimismo, hay que hacer algo con el tránsito de la ciudad, porque está saturada y no hay más lugar; pero mientras tanto, hay que armarse de paciencia y tener precaución: más vale llegar tarde pero seguro. En el verano hago radio en Pinamar y realizamos campañas de educación vial, para sumar y mejorar en este aspecto".
En cuanto a las nuevas generaciones y cómo influye la educación, destaca la actitud de su hijo Benjamín, de 7 años, que "aprendió desde pequeño a usar el cinturón de seguridad y lo tiene incorporado, hoy se sube al auto y lo abrocha, eso me hace sentir muy bien; hay otros niños que lo discuten y a veces ganan la discusión, pero yo creo que la seguridad no se negocia".
Sobre sus vehículos favoritos, dice ser diversa: "Las camionetas me hacen sentir en un lugar de mayor altura (manejé un tiempo la Ford Ranger y me gustó mucho). También el Ford Mustang en un viaje y me pareció espectacular. Otro que me pareció muy impactante fue el DS 7 Crossback... Mi gusto es muy amplio (risas)".
Sobre el cuidado del auto, dice que "como modelo y conductora tengo ropa, zapatos, bolsos, perchas, cosas para los chicos… en fin, me gustaría dejar el auto estacionado y que al otro día solito estuviera ordenado, aspirado, limpio e impecable por dentro y por fuera (risas)".
En la actualidad, tiene un Ford Fiesta 2014 blanco fijo y dice que no es pretenciosa al momento de elegir un vehículo: "Me tiene que gustar y atraer y debe tener muchos elementos de seguridad". En su auto siempre se escucha rock y aquella música que la haga sentir acompañada: "Voy cantando siempre que no me haga despistar. Durante los viajes al inicio Santi, mi marido, me cedió el volante, a veces para los hombres no es fácil, pero él lo hizo y me sirvió para tener seguridad ya que no es lo mismo manejar en la ruta que en la ciudad. Cuando viajamos soy buena copiloto ya que voy relajada y no digo qué hay que hacer, y cuando me toca manejar lo disfruto mucho y cada día más".
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