Barrio cerrado. Una casa que respira naturaleza y donde el interior se fusiona con el exterior

Viven en modo chill: son fanáticos del exterior. Les encanta estar afuera y en situaciones cómodas. Por eso, en el jardín no está la típica mesa grande con sillas; Wendy y su familia –Javi, su marido; Sofi, su hija de 6 años; Pupino, un maltés; y Brutina, una yorkshire– disfrutan estar al aire libre tipo pícnic o reposados en la hamaca paraguaya con una mesita cerca y nada más.

Un rincón rústico en la galería: revestido de piedras que enmarcan el espacio, en excelente mix con la madera. Las lámparas colgantes de ratán y la bacha inglesa aportan estilo.

La galería es su lugar en el mundo. Tanto que la vivienda se pensó en torno a eso: "A esta galería la detonamos, tiramos paredes, abrimos el espacio, le dimos más luz... Definitivamente es mi rincón favorito". Wendy siempre elige vivir al aire libre, escuchando los pajaritos, los grillos, en el verde, así sea invierno: "Ponemos un fueguito en el hogar y salimos", dice. Puede que haber nacido en Villa Ballester y haber pasado su infancia en una casa, en la vereda, en la calle, en campamentos y haber soñado con ser profesora de gimnasia hayan hecho que su mundo siempre tenga más que ver con la aventura. Y así su "jungla" lo refleja.

Un detalle original son las aberturas que se abren por completo y se esconden detrás de las paredes, por lo que el interior y el exterior quedan totalmente integrados. Además, al ser los pisos de ambos ambientes de madera, se genera un efecto de amplitud y frescura único. Aunque estés adentro, te sentís afuera.

Sillón hecho a medida (Cull Deco), almohadón peludo (Sentido, José Ignacio) y otro redondo que compró en MercadoLibre. en la biblioteca de 4 metros, se encuentran objetos, antigüedades, recuerdos de viajes y regalos, cada uno con su historia.

Se define como una mujer poco aferrada a las cosas, ni tiene objetos con los que "se case y que no suelte nunca más": "No es una casa recargada –dice–, no tengo una sola vela que no prenda y cuando algo no es muy vivible ya me molesta". Así, decidió no tener mesa ratona: "Disfrutamos mucho el plan del sillón, la tele y jugar, entonces en el living no tengo mesa ratona porque todo sucede en el piso, y lo mismo arriba, en el playroom, preferimos lugar para circular libremente".

El sillón tampoco se salvó de las mutaciones prácticas de Wendy; era de lino y, después de tener a su hija, lo retapizó en cuero para olvidarse de la suciedad. ¡Gran solución!

En la cocina, al tener muebles con enchapados oscuros, se trató de agregar calidez con maderas naturales. El vajillero es un diseño by Wendy: de pino patinado –un recurso económico– e interior de teka, una madera súper resistente, al igual que la vajilla. todo lo podés conseguir en @miradorporelmundo.

"Lo primero que pensé fue que quería estar rodeada de plantas y con materiales nobles: me encantan la madera, la piedra y el verde, porque los tres mezclados generan una ilusión óptica que me da paz", cuenta la interiorista de @designlovers. Y así es: los espacios que integran componentes naturales llevan a la calma de modo sutil pero instantáneo. Igual que las paletas de colores neutros y pasteles, que predominan en todo el lugar, imitando la naturaleza misma. "Todo lo que es vajilla a la vista no me gusta que sea de colores; la elijo blanca, de vidrio o de madera", dice.

El baño parece un bar y, aunque tiene cuatro años, sigue siendo el ambiente más trendy: "Me gusta pensar en espacios que perduren en el tiempo, pero en el caso del baño es todo lo contrario; quise jugar y me inspiré en Nueva York". Es muy diferente al resto del hogar, un antojo que la dueña se permite, sabiendo que en la casa una tiene que tener todo lo que le gusta.

En las áreas comunes sí está bueno mantener un lenguaje estético, pero en las habitaciones, los baños o la oficina podemos dar rienda suelta a la imaginación. Idea que también plasma en el cuarto de Sofi, donde, si bien perdura la paleta de tonos neutros, el juego está en el respaldar de mimbre natural de Guazunambi y el baldaquino de Krethaus que corona la cama.

En la foto, protagonista, el sillón de @miradorporelmundo. El mejor ejemplo de que con una pieza simple se puede armar un espacio diferente. El revestimiento de la pileta es piedra natural volcánica con altos beneficios: antideslizante, atérmica y energética.

Su fanatismo por las piedras no solo lo lleva tatuado con un diamante en el dedo mayor, sino que cuando Wendy conoció la piedra volcánica se enamoró tan a primera vista que la importó de India para su propia pileta y, ahora, ella misma la vende y comercializa en Argentina. Además de darle un toque exótico, la piedra índigo (su nombre comercial) es el revestimiento ideal para exteriores no solo porque es hermosa, sino por todas sus propiedades: al extraerse de una cantera generada por la erupción de un volcán hace muchos años, esta roca se vuelve altamente energética y, por otro lado, libera un mineral llamado zeolita que purifica el agua, lo que reduce en un 20% el uso de cloro diario.

El deck de incienso, una madera dura de exterior que no necesita protección, y unas animadas Strelitzia nicolai (las plantas) le dan el marco salvaje y tropical al paisaje. •