Alberto y Cristina: ¿un poder con dos cabezas?
Quienes esperaban que, tras las elecciones del 27 de octubre, Alberto Fernández exhibiera mayores señales de diferenciación respecto de Cristina Kirchner no ocultarán cierta decepción. Así como el presidente electo pasó del "volvemos mejores" al "somos lo mismo", en su referencia hacia la dos veces jefa del Estado, los últimos días han estado llenos de gestos simbólicos que dan cuenta de la posibilidad de un poder bicéfalo a partir de la asunción del nuevo gobierno nacional.
El dato político reciente más simbólico de ese poder bicéfalo es el fuerte protagonismo del cristinismo en el Congreso. No solo Cristina Kirchner será naturalmente la titular del Senado, como le corresponderá en su carácter de vicepresidenta de la Nación, sino que los bloques del Frente de Todos serían presididos por legisladores afines a la expresidenta: su hijo, Máximo Kirchner, en la Cámara de Diputados, y el formoseño José Mayans, un durísimo crítico del gobierno de Mauricio Macri, en el Senado.
Otro dato no menor ha sido la reunión que mantuvieron en la noche del lunes pasado Alberto y Cristina en la casa de esta en Recoleta, junto a un detalle singular: el hecho de que el presidente electo afirmara que su gabinete de ministros estaba "básicamente definido" al salir de ese cónclave, contribuyendo a reforzar la importancia política del encuentro con su compañera de fórmula y a la vez mentora de su candidatura presidencial.
El lugar de una reunión entre quienes a partir del 10 de diciembre serán presidente y vicepresidenta de la Nación puede resultar para muchos anecdótico. Pero deja de serlo si se recuerda que el 11 de mayo, pocos días antes de haber sido ungido como postulante presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, en declaraciones a Radio Nacional, había expresado: "Cristina Kirchner es candidata o se va a su casa. No quiero que el poder esté en Uruguay y Juncal (domicilio de la expresidenta) y en la Casa de Gobierno haya un títere. No quiero un Cámpora al que Cristina le prestó los votos. Eso como modelo fue malo".
Podrá decirse que, de acuerdo con lo que viene trascendiendo, la mayoría de los potenciales integrantes del gabinete ministerial son personas cercanas a Fernández, lo que permitiría imaginar una particular distribución del poder: el Ejecutivo para Alberto y el Congreso para Cristina. Pero así como no puede ocultarse que al menos dos importantes ministerios estarían a cargo de dirigentes más cercanos a Cristina, como los de Interior (Wado de Pedro) y Defensa (Agustín Rossi), cabe preguntarse si la exmandataria no puede estar imponiendo ciertas bolillas negras para figuras que no son de su agrado.
Los operadores económicos esperaban para estos días alguna sorpresa en las designaciones del equipo de colaboradores de Fernández. Hasta ahora el anuncio más sorpresivo fue el resurgimiento de Gustavo Beliz, un dirigente que definitivamente no debe ser del agrado de Cristina desde el momento en que, siendo ministro de Justicia de Néstor Kirchner, desató una enorme controversia con acusaciones contra funcionarios de la Secretaría de Inteligencia, que le valieron su despido de aquel gobierno.
Sin embargo, en medios financieros se esperaba otro tipo de anuncios más disruptivos, especialmente en lo que atañe al futuro equipo económico. El extitular del Banco Central durante el kirchnerismo Martín Redrado es un economista siempre bien considerado por Fernández. Distintas versiones señalan que Cristina Kirchner nunca avalaría su designación en un cargo ejecutivo importante. ¿Será tan así? En todo caso, si realmente Redrado fuese un candidato del futuro presidente a ocupar un puesto de relevancia, Fernández tendría la oportunidad de exhibir un fuerte gesto de autonomía respecto de Cristina. Las dudas en torno de la designación de Guillermo Nielsen como ministro de Economía, curiosamente también a partir de objeciones que se le adjudican a Cristina, han hecho volar versiones sobre posibles nombres para un gabinete en el que todavía resta saber quién ocupará la cartera más gravitante.
"O Cristina se hace cargo de lo que viene o libera a todas las fuerzas y deja que cada uno haga lo que quiera". La frase fue también pronunciada por Fernández poco antes de ser ungido al frente de la fórmula del Frente de Todos por Cristina Kirchner. Los comicios de octubre han definido quién gobernará la Argentina por los próximos cuatro años, pero aún no hay plena certeza sobre el liderazgo de la fuerza gobernante.