Los focos de la opinión pública están puestos sobre la danza de candidaturas, alianzas y saltos de una fuerza política a otra. Por fuera de esas luces potentes están sucediendo otras cosas que si los protagonistas de ese teatro les prestaran mayor atención el camino del país al desarrollo sería más rápido.
Veamos: el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, en sus siglas en inglés) estimó que la cosecha de maíz norteamericano caería en 34,2 millones de toneladas como consecuencia de las lluvias que castigan el medio oeste y las planicies. La cifra representa casi lo mismo que exportaría la Argentina en esta campaña, según las proyecciones del USDA. En este ciclo se llega aquí a un récord de producción de 50 millones de toneladas para grano comercial, según calculó la Guía Estratégica para el Agro (GEA), de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Si se cumpliera la proyección del USDA, la Argentina se ubicaría en el segundo lugar como mayor exportador mundial de maíz.
Otro cálculo: la cosecha de trigo de Australia del ciclo 2019/20 caería un 11% respecto de la campaña pasada, al ubicarse en 21,2 millones de toneladas, y sería un 14% menos del promedio de los últimos diez años por la falta de lluvias en la zona este del país, de acuerdo con una estimación de la Oficina Australiana de Economía y Ciencias Agrícolas (Abare, en sus siglas en inglés). El gigante de Oceanía ya tuvo problemas en el ciclo pasado, y uno de sus principales mercados, Indonesia, debió recurrir a la Argentina para asegurarse el abastecimiento del cereal. Aquí, mientras tanto, el área sembrada podría llegar a siete millones de hectáreas, según calculó la BCR, lo que representaría un aumento de 8% respecto de la superficie sembrada en el ciclo 2018/19. Si no hay problemas climáticos, se llegaría a un récord de 22 millones de toneladas.
Con esas dos estimaciones no es difícil adivinar de qué sector de la economía se originarán mayoritariamente los dólares genuinos por exportación de bienes y servicios que el país necesita para 2020.
Por supuesto, no solo hay que tomar en cuenta a la agricultura. En el primer trimestre de este año las exportaciones de carne vacuna se incrementaron 41% en volumen respecto del mismo período de 2018 y llegaron a 504 millones de dólares, de acuerdo con el último informe de Ciccra. Y en abril se exportó un 196% por encima del promedio del período 2001/2010, según informó el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) El aumento de la demanda china, por efecto de la baja de consumo de carne de cerdo ante la expansión de la peste porcina africana, está reflejando números para el asombro.
En lácteos, las exportaciones de 2018 llegaron a US$1000 millones, según estimó esta semana la Secretaría de Agroindustria. La actividad parece estar encontrando en el comercio exterior una vía para comenzar a salir de la prolongada crisis.
Sin trabas para exportar y con un tipo de cambio más competitivo que hace dos años, la agroindustria deja en evidencia cómo responde a señales de mercado favorables. Con tasas de interés, inflación y presión impositiva similares a las de los países de la región, la respuesta sería más contundente.
Frente a este escenario, el otro interrogante que se abre es qué harán quienes se hagan cargo del Poder Ejecutivo en diciembre.
La expresidenta Cristina Kirchner ya avisó: "No quiero tirar pálidas, pero los dólares? alguien los tendrá que poner", dijo en un acto en Santiago del Estero. "Vamos a tener que tener mucha templanza para hablar con los empresarios y la clase política", añadió.
En el oficialismo, la incorporación del senador Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula de Mauricio Macri provocó escozor en aquellos que recordaron su apoyo a la 125 en 2008. Y ni mencionar la candidatura de Martín Lousteau como senador por la ciudad de Buenos Aires. No obstante, el dirigente justicialista, cultor del pragmatismo, dijo que el agro es uno de los sectores más dinámicos de la economía.
Para la cadena agroindustrial, el teatro electoral es un llamado de atención para lograr consensos mínimos y prepararse para sentarse a dialogar con quien resulte ganador en las elecciones presidenciales.
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