Lejos del ruido
Turín, Italia.-Quién pudiera. Recibir el sol de Turín así, en pleno rostro, ese gesto de dichosa soledad, aunque solo fuera un instante en el jardín de los senderos que no se bifurcan. Y el sol del norte de Italia, nada menos, esa caricia envidiable -se lo intuye de una calidez a punto y suave-, en una tarde presumiblemente tranquila. Turín, la ciudad que se extiende un poco más allá del parque de esta foto, es un eco, a la distancia, de negocios y empresas; calles tal vez abarrotadas de turistas que apenas pueden con la belleza de esa catedral, aquella basílica, el otro museo, los elegantes pasajes, las misteriosas galerías. A no tanta distancia de este jardín, el nervio de la ciudad se despliega, los sonidos arrecian, el vértigo cotidiano se abre camino. Y convierte en más deseable el módico oasis que se supo agenciar este anónimo bañista de sol.ß
Edición fotográfica Dante Cosenza