Abuelos que no ven a sus nietos
Los abuelos ocupan un lugar importante en la dinámica familiar. Esto se debe a que son quienes nos transmiten dos ideas:
- a. El modelo de vejez: Al ver a sus abuelos, uno construye un determinado modelo de vejez. Los nietos, por su parte, rejuvenecen a sus abuelos. Los hijos, frente a su paternidad, "te hacen abuelo". Es decir, que no se trata de algo que uno mismo provoca. Por eso, los nietos hacen que sus abuelos se sientan más jóvenes, a la vez que el rol con los hijos es redefinido, ya que ahora hay un mayor contacto con ellos.
- b. La historia familiar: Los abuelos cuentan, repiten y transmiten a sus nietos historias divertidas sobre ellos, sobre sus padres, etc. De esta manera, los nietos tienen un suministro afectivo en el vínculo constante con este rol tan importante y trascendente como el de abuelo o abuela.
¿Por qué algunos abuelos no ven a sus nietos? Dentro de una multiplicidad de factores, podemos mencionar de manera general los siguientes:
- a. Por falta de tiempo. Hoy, gracias al desarrollo de tecnología, la medicina, cuidado de la salud se entra en la cuarta edad alrededor de los 75 años, con un promedio de vida de 85 años. Es decir, vivimos más. Esto implica que los abuelos se constituyen en tales a una edad joven, aproximadamente a los 60, en plena salud y actividad. Esto implica que haya abuelos activos, que viajan, estudian, trabajan, lo que genera poco espacio lúdico para jugar y estar con los nietos. En la antigüedad y en años atrás esto era distinto ya que el abuelo disponía de mayor cantidad de tiempo.
- b. Porque los abuelos trataron mal a sus propios hijos. Si para una persona la relación con su mamá, su papá o ambos fue peligrosa, ahora no querrá que ellos se relacionen con sus propios hijos ya que considera que la relación abuelo-nieto será tan perjudicial como fue la suya de padre-hijo.
- c. Porque los abuelos infantilizan a sus hijos. Los abuelos no deberían vincularse con sus hijos a través del victimismo: "Me siento solo/a, nunca me llamás". Una relación saludable se basa en el amor y el respeto. Cuando los abuelos se corren de su rol y ocupan el lugar de padres, no ven a sus hijos como pares responsables ya crecidos, sino que los tratan como a niños y les dicen cómo tratar a sus hijos. Esto interfiere en toda la dinámica. Los abuelos deben ocupar su lugar, guardar su rol y disfrutar de sus nietos acompañando con respeto y con el consejo sabio y oportuno en la relación con sus hijos.
- d. Porque los hijos no pudieron sanar el vínculo filial con sus padres y perdonar. Es frecuente también escuchar que muchos abuelos reparan con los nietos los errores y la falta de comunicación con sus hijos. En una oportunidad me comentaron cómo una hija pudo rearmar su vínculo con su papá a través del nacimiento de su propia hija, al observar la relación que él tenía con su nieta. En ese vínculo abuelo-nieta fue testigo de lo amoroso que ese hombre (su papá) podía ser con la niña como no había podido serlo con ella. Fue así que ambos pudieron encontrarse y sanar su relación. Ese abuelo fue capaz de darle a su nieta todo lo que en su juventud no pudo o no supo cómo darle a su hija.
- e. Porque los abuelos no respetan los límites. Se deben establecer límites en un vínculo para que este sea saludable. Un hombre que solía consumir mucho alcohol cada vez que salía con su hija adulta tomaba de más. Por esa razón, la hija le hizo este planteo: "Yo quiero salir con vos y disfrutar tu compañía. Te propongo lo siguiente: cuando estés conmigo, no vas a tomar así pasamos un buen momento. Luego sos libre y responsable de tu propia conducta".
Muchos hijos guardan broncas hacia sus propios padres y los castigan privándolos de ver a sus nietos. Generan así una triple frustración: abuelos que no pueden ver a sus nietos, nietos que son privados de ver a sus abuelos por un conflicto externo y alguien que guarda tal resentimiento que no logra resolverlo. Jamás la privación como castigo puede resolver un conflicto, solo aumenta la frustración. Los conflictos se resuelven hablando y buscando soluciones saludables para todos.
Debido a discusiones por temas políticos, religiosos, etc., muchos padres e hijos dejan de hablarse, pero esto es solo el síntoma de que ese vínculo nunca fue lo suficientemente sólido. Muchas veces las discusiones y peleas por temas económicos, en realidad, esconden deudas afectivas y búsquedas de amor inconscientes. En una pelea familiar nadie gana porque no hay recompensa. Límites claros, respeto mutuo y el deseo de construir amorosamente son los ingredientes ideales del vínculo que siempre debemos tratar de incluir.
Por lo general, los abuelos les dan a sus nietos todo lo que no les dieron antes a sus hijos. "Pero, ¿cómo? ¿a tu nieto le permitís hacer eso?", suelen reprocharles los hijos a sus padres. Esto es así porque ser abuelo no es lo mismo que ser padre.
Y para entablar una relación con los nietos, primero hay que restablecer la relación con los hijos. Para ello, dicha relación no debe ser peligrosa, es decir, que no debe haber demandas del pasado. El padre tiene que acercarse a sus hijos con tranquilidad sabiendo que no habrá demandas viejas de parte de ellos. No se habla de lo ocurrido hacia atrás sino de lo que ocurrirá de ahora en adelante.
Vejez es sinónimo de trascendencia, de dejar una huella para las próximas generaciones que conocerán mejor por dónde caminar. Si tenés el privilegio enorme de tener a tus abuelos vivos, tratalos con mucho amor, sabiendo que lo mejor que podés hacer por ellos y por vos es disfrutarlos.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com