Un Edipo en el cierre de listas y alianzas
Los griegos, Jesús, Freud, Pappo. Todos, todos desde siempre. ¿Quién no ha contado, analizado, cantado, pintado, disfrutado, sufrido, agradecido, maldecido, añorado, caricaturizado, idealizado ese vínculo único, complejo, trascendental, indestructible que es la relación de las madres con sus hijos (varones)?
La política no podía ser la excepción. En Roma parieron y destruyeron emperadores. ¿Cómo podría escapar a ese sino la modesta Argentina, en su condición de heredera de la cultura greco-latina-judeo-cristiana?
El desenlace de las alianzas electorales y del cierre de listas dejó un buen ejemplo de su vigencia. Hace apenas un mes Sergio Massa elogió a Graciela Camaño, a quien calificó de su madre de la política, que no sería lo mismo que "madre política", porque esta viene a ser la suegra. Aunque por el resultado tal vez podría aplicarse la polisemia. Es que, al final, Sergio se fue con otra y su "madre de la política" sigue lamentándolo y sin encontrarle explicación. Como casi todos. Un extraño Edipo.