Fugacidad
FRANJA DE GAZA, PALESTINA.- A veces con poco se logra mucho. Es el caso de estos niños sonrientes que se divierten en una casa semiderruida que les sirve como guarida para desplegar sus juegos. No cuentan con juguetes ostentosos ni con tecnología de punta para distraerse. Pero sus caritas demuestran que este entorno rudimentario les alcanza para abstraerse de la realidad. Si a esta escasez de artilugios para entretenerse le agregamos el terrible hecho de que este refugio maltrecho es una casa abandonada, que probablemente ha sido bombardeada, en un campo de refugiados palestinos en la Franja de Gaza, mayor valor cobra lo lúdico. Porque estos chicos demuestran una vez más la inmensa capacidad del ser humano de hacerle frente a la adversidad, y su imperiosa necesidad o enorme habilidad de encontrar la felicidad en los contextos más hostiles. Más aún teniendo en claro que esa alegría está signada por una irremediable fugacidad.