Un proceso histórico que pone en juego la independencia de la Justicia
Cristina Kirchner es el tercer presidente, desde el regreso de la democracia en 1983, que enfrentará un juicio oral y público por corrupción. Si su culpabilidad o inocencia se tratara de un asunto de probabilidades, tiene altas chances de resultar absuelta si se tiene en cuenta lo que ocurrió con los juicios que enfrentaron sus antecesores Fernando de la Rúa y Carlos Menem .
La Justicia argentina, que dio una lección al mundo en 1985 al juzgar y condenar a los dictadores, aún no fue capaz de juzgar y condenar a un presidente acusado de corrupción, con una sentencia que quede firme, y pueda cumplirse en prisión.
Algunos de los jueces que tuvieron que tomar decisiones sobre estas causas, actuaron según la prueba, otros según los vaivenes de la política, con una inercia que no encuentra su final.
Cristina Kirchner fue procesada en 11 ocasiones después de que dejó el Gobierno, aunque en rigor las investigaciones empezaron un año antes, cuando rompió con un sector de los servicios de inteligencia que mantenía paralizadas las causas contra el kirchnerismo.
Los novedoso del caso de Cristina Kirchner es que la Justicia considera que parte de su gabinete de ministros fueron una asociación ilícita y que el objetivo al acceder al poder fue saquear el Estado. Esta es la causa por la que será juzgada ahora, ligada a otros casos de lavado dinero, motivo de otro juicio.
Carlos Menem y Fernando de la Rúa fueron investigados después de dejar el gobierno.
Menem enfrentó múltiples investigaciones desde 1989, de la mano de su política de privatizaciones de empresas públicas. Tal era la actividad de los fiscales que jaquearon su gobierno, que la solución para neutralizar las causas fue reformar la Justicia Federal. Duplicó la cantidad de juzgados federales, de 6 a 12. Ascendió a los jueces federales que lo investigaban y eligió a jueces federales para los nuevos cargos. Cubrió casi todos con sus elegidos.
Esa reforma, que se completó con un diseño de Corte Suprema de Justicia de mayoría automática, que blindaba sus espaldas, le garantizó dos mandatos con tranquilidad judicial. No obstante, los casos de corrupción crecían a fuego lento.
Culminó su mandato y otra fue la historia. La causa más grave que lo llevó a estar detenido fue por la venta de armas a Ecuador y Croacia, en 1992. Por esta causa Menem fue condenado recién en 2011. El año pasado la Cámara de Casación Penal anuló el caso porque pasó mucho tiempo y la sentencia no quedó firme. Dos de los jueces que firmaron la absolución fueron nombrados por Menem, en 1992, cuando hizo la reforma de la Justicia Federal y creó la Cámara de Casación Penal. Menem sigue siendo senador, por lo que siempre estuvo a salvo de quedar detenido, por sus fueros.
Ese fallo sumó desprestigio a la Justicia y generó indignación porque la Justicia no fue capaz de dar una respuesta luego de 25 años de trámite judicial. Tiene que ser revisado aún por la Corte Suprema. No obstante, esa absolución, Menem fue condenado en otro juicio a cuatro años y medio de prisión por pagar sobresueldos a sus ministros. La Cámara de Casación dejó firme esta condena, pero el expresidente no fue preso porque aún no se pronunció la Corte. Si deja firme su condena podría prosperar su desafuero, y aun así debido su edad y estado de salud, es probable que cumpla arresto domiciliario.
Fernando de la Rúa fue electo presidente en 1999 y renunció dos años después tras el estallido social del 19 y 20 de diciembre de 2001.
Y ya en ese breve período tuvo que enfrentar la investigación que lo iba a llevar a un juicio, que terminaría con su absolución. El caso provocó la debilidad de su gobierno, pues motivó la renuncia de su vicepresidente Carlos "Chacho" Álvarez, su socio en la Alianza con la que llegó al poder.
La denuncia empezó con un trascendido de prensa sobre el pago de coimas para la aprobación de una ley laboral y terminó con la declaración como arrepentido de Mario Pontaquarto, un exfuncionario del Senado que dijo a la Justicia que fue él quien repartió el dinero de los sobornos entre senadores peronistas para asegurar su apoyo a la ley.
Los jueces absolvieron a De la Rúa porque entendieron que no había evidencia que sustentara la confesión de Pontaquarto, y por el contrario mandaron a investigar un supuesto complot para condenar al expresidente en el que involucraron al exjefe de Gabinete y hoy ungido candidato presidencial del kirchnerismo Alberto Fernández. La Corte dejó firme la absolución de De la Rúa, hoy con problemas de salud.
Una vez más, la mera posibilidad de que Cristina Kirchner pueda recuperar poder en las próximas elecciones , aun como vicepresidenta, actuó como freno para que el juicio previsto no comience. Una vez más la Justicia es la primera que advierte la posibilidad de un cambio.
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