Cuando Alemania tembló
Angela Merkel tembló. Cuando tiembla Merkel, tiembla Alemania. Cuando tiembla Alemania, tiembla Europa. Y cuando tiembla Europa, tiembla el mundo. Todo el mundo la vio. Fue durante la visita oficial del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
El temblor, casi una convulsión contenida, no sobrevino en cualquier momento, sino cuando se oye el himno alemán. Aunque se alegó después un cuadro de deshidratación, tal vez haya también causas menos médicas que políticas.
Daniel Barenboim, que la conoce bien, llamó hace un tiempo la atención sobre un secreto del arte político de Merkel: tomar la decisión justa en el momento justo; pero más importante todavía: no tomar una decisión cuando no es indispensable hacerlo. ¿Cuántos políticos en el mundo tienen ese coraje y cuántos logran salir indemnes de él?
En el siglo XVII, el poeta barroco alemán Andreas Gryphius escribió un poema llamado "An sich selbst" ("A sí mismo"). Estos son los dos primeros versos: "Tengo horror de mí mismo / me tiemblan todos los miembros". Todos conocemos nuestros horrores; Merkel conoce otros, ajenos. El temblor es antiguo, y sin embargo el mismo.