Modas
ASCOT, GRAN BRETAÑA.- Isabel II asistió a las carreras de caballos celebradas en Ascot desde el principio de su reinado, hace 67 años. La tradición de ese encuentro hípico se inició en 1711, aunque recién dos siglos después fue un acontecimiento real. La reina demostró desde su niñez su amor por los caballos, que heredó de Jorge VI, su padre. Es una amazona extraordinaria (el adjetivo que suele utilizar la prensa acaso sea excesivo), de cuyas destrezas dan testimonio innumerables fotografías; cría, además, ponis Shetland, Fell y caballos purasangre, y aun hoy monta siendo nonagenaria. Ascot es la gran cita del turf británico y la reina, su asistente más fiel. Ayer, llegó en un carruaje junto a la reina Máxima. Templo de la moda, Ascot es además célebre por su exhibición de sombreros, tocados y pamelas. La elegancia puede abrir paso al detalle pop o aun a la extravagancia. El tiempo (el paso del tiempo) tiene a veces estos caprichos.