En la basura
Un viejo truco periodístico, repetido como novedad cada cierto tiempo, consiste en revisar la basura. La basura propiamente dicha; otra cosa es el periodismo de investigación. Es la misma práctica que especialistas en consumo continúan tomando como válida para mensurar el comportamiento económico de una ciudad o de un determinado segmento social. Importan la cantidad y también la calidad de los desperdicios para sacar conclusiones llamativas y precisas.
Además de muchas otras cosas, la basura también sirve para establecer los parámetros desde donde se piensa y se hace política. La instalación de contenedores que impiden que los cartoneros saquen de ellos lo que puedan vender por su cuenta acaba de desatar un conflicto que refleja bastante del uso político de las necesidades más urgentes en la ciudad de Buenos Aires.
El fenómeno no es nuevo. Se pudo ver, con especial intensidad, allá por la crisis de 2001. Y desde entonces esa desgracia colectiva se administra como si fuese inevitable. Es sobre esas necesidades urgentes que quedan en evidencia los que se ocupan del tema con sensibilidad y lo que, sin pudor, usan, militan y viven de la pobreza. Y la necesitan eterna.