Paso a paso
LONDRES, REINO UNIDO.- Ese (o tal vez esa) al que se llevan en andas, ese que anduvo desprovisto de calzado, parte del polvo del Puente de Waterloo impreso en la planta de los pies; ese que no sabemos si va coreando consignas o apenas callando mientras la policía británica lo acarrea y lleva detenido, el que obstaculizó el tránsito e interfirió con el habitual fluir de una zona emblemática de Londres: a ese le estaríamos debiendo algo. Y poco importa que pertenezca -como, efectivamente, es el caso- al Extinction Rebellion o a cualquier otro grupo de activismo ambiental: lo que está haciendo el anónimo dueño de este par de pies desnudos es volver a avisar lo que está muy avisado, pero pareciera que no. Porque el tiempo se acaba, y lo dice la ONU. Porque la catástrofe está a la vuelta de una esquina muy chica, alerta la ciencia. Y porque si no empezamos a dar los pasos correctos, ya no habrá nada sobre lo que caminar.