Una notable mujer alemana presidirá la comisión de la Unión Europea
Cuando una formidable mujer alemana, Angela Merkel, parece estar entrando en el ocaso de su brillante carrera política, otra también notable mujer de la misma nacionalidad, Ursula von der Leyen, acaba de ser confirmada como Presidente de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo máximo de la Europa integrada. Conducirá –seguramente con mano firme- a Europa en momentos en que algunas cuestiones particularmente graves necesitan ser enfrentadas y resueltas, tales como las crecientes presiones nacionalistas, las audaces aventuras externas de la Federación Rusa, las relaciones del Viejo Mundo con las demás potencias, los avatares del Brexit y la necesidad de seguir de cerca lo que sucede con Irán.
Su elección fue el resultado de un ajustado compromiso, fruto del fracaso en la búsqueda de candidatos realizada a través del Parlamento Europeo, donde una parte de la social-democracia se opuso tenazmente a la designación de Von der Leyen.
Representará a los 28 países de la Unión Europea, en su conjunto. Esto es, a más de 500 millones de habitantes, de diversas nacionalidades. Con 60 años de edad, su mandato será de 5 años y su labor comenzará a comienzos del próximo mes de noviembre.
Von der Leyen es una aristócrata con una larga experiencia en la política de su país. En los últimos años se desempeñó como Ministro de Defensa de Alemania. Proviene, políticamente, de la Unión Cristiana Democrática, el partido todavía más fuerte de la centro-derecha alemana. Nacida y educada en Bruselas (lo que resultó premonitorio, respecto de su reciente nombramiento), su padre fue uno de los primeros funcionarios civiles de la Unión Europea. Después de estudiar economía, se graduó en medicina, especializándose en cuestiones vinculadas con la salud de las mujeres.
En los últimos tiempos, por su propia dimensión personal, había sido mencionada como probable sucesora de Angela Merkel como Canciller de Alemania, así como posible candidata a la Secretaría General de la OTAN.
Madre de siete hijos, Von der Leyen tiene una mente brillante y es una trabajadora absolutamente incansable. Su larga incursión en el mundo de la política se remonta a 1999. En el 2003 fue elegida Parlamentaria en uno de los órganos legislativos regionales de su país. Desde el año 2005 trabajó intensamente en el entorno inmediato de Angela Merkel. Fue entonces cuando fue designada Ministro de Asuntos Familiares y de la Juventud en el gabinete de la mencionada Angela Merkel. En el año 2009 fue electa parlamentaria federal.
En su carrera política puso el acento en las cuestiones sociales, incluyendo en la participación paritaria de las mujeres en los directorios de las empresas alemanas, el salario mínimo y los cada vez más complejos temas inmigratorios. En el 2013, desde el Ministerio de Defensa de su país impulsó un aumento significativo de los gastos en defensa destinado a modernizar el creciente aparato militar alemán en sus distintas fuerzas armadas. Como consecuencia del mencionado esfuerzo, Alemania se transformó en exportadora de armas y equipos militares por primera vez desde la segunda post-guerra. Particularmente hacia Arabia Saudita.
En materia de política exterior, Von der Leyen tomó, en su momento, la decisión de vender armas y pertrechos militares a las fuerzas de seguridad kurdas e iraquíes, y apoyó las sanciones económicas dispuestas contra la Federación Rusa y el grupo de oligarcas que rodea a Vladimir Putin.
En su visión del futuro de la integración europea, Von der Leyen ha abogado públicamente en favor de ir construyendo, paso a paso, una fuerza militar unificada en el Viejo Continente, con un comando conjunto.
Con su designación, Von der Leyen se transformará en la voz visible de Europa, reemplazando en esa tarea al veterano Jean-Claude Juncker. La Comisión propone medidas legislativas, vigila el cumplimiento de las obligaciones por parte de los Estados Miembros y hasta puede multar a aquellos Estados que, de pronto, violen la normativa común.
Una vez más, una reconocida mujer alemana, de enorme fuste, tendrá en sus manos el timón político de la Unión Europea. Aquello del "sexo débil" felizmente no existe en el particular universo de la política alemana ni en el de la política europea, donde ellas tienen –desde hace rato- roles prominentes, de alta visibilidad y de una enorme responsabilidad.