A pocos días de que ingrese en Senadores el proyecto de ley de alquileres que ya obtuvo media sanción en Diputados, el sector manifiesta su preocupación. La mayoría coincide en que se beneficia exclusivamente al inquilino, y que, además, no se midieron sus consecuencias: una retracción del mercado de alquileres y un posible aumento en los precios. "Los locadores no fueron representados en el debate. Creo que lo que los legisladores y el Gobierno deberían pensar en cómo los locatarios pueden pasar a ser propietarios. Porque la gran mayoría de los inquilinos son aquellos que no pueden acceder a su primera vivienda", es contundente, Para Francisco Altgelt, vicepresidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios. Respecto a la implementación de un nuevo índice de actualización que cruce salarios e inflación, las opiniones están divididas. Hay quienes creen que puede dar lugar a la manipulación.
Otros en cambio festejan la posibilidad de tener alguna referencia. "La creación de cierta previsibilidad, aunque creo también que el ajuste de precios va a ser más acorde a la realidad", explica Ariel Champanier, presidente de Re/Max Premium. Hasta ahora los alquileres se actualizaban entre 15 y 20 por ciento cada seis meses y la negociación era caso a caso. Otro punto que todos critican es la actualización anual. Creen que saldrá perjudicado el propietario del inmueble alquilado que ya padece una de las rentabilidades netas del negocio de alquiler más bajas de la historia: menos del 2 por ciento. Champanier también objeta la extensión del contrato a tres años, un tiempo que limita la liquidez del inmueble. Así las cosas, el sector se prepara para arrancar un año en el que espera alguna medida que incentive la inversión sobre todo en un mercado en el que solo compran los inversores.
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