La historia prueba que cada crisis que atraviesa la Argentina confirma que los activos inmobiliarios son refugio de valor y además es un sector que muchas veces se beneficia de la devaluación o de las restricciones cambiarias como el cepo.
Hoy los bonos argentinos están cotizando muy por debajo de su precio y a la espera de una fuerte reestructuración de deuda que puede venir acompañada tanto de una quita de capital como de los intereses. La realidad es que hay muchas familias que tenían sus inversiones en bonos, que al día de la fecha sufrieron caídas superiores al 50 por ciento en dólares y no saben qué hacer. Si lo venden en el mercado estarían reconociendo una pérdida enorme, si se quedan con el bono están expuestos a la reestructuración que en el mercado dicen será bastante fuerte con quitas tanto de capital como de los intereses del orden del 30 o 40 por ciento. Teniendo en cuenta esto, la empresa que desarrolla Estancia La Magdalena, el emprendimiento de US$35 millones de inversión que ocupa 203 hectáreas en Canning decidió aceptar bonos en forma de pago tomando una paridad mayor a la del mercado. Por ejemplo hay bonos como el AO20 que cotizan a menos de US$40 que la empresa toma como forma de pago hasta un 100 por ciento de su paridad. "En otras palabras, algo que vale US$40 se toma a US$100", aclara Leonardo Rocco, CEO de SAT Group, la empresa que desarrolla el emprendimiento.
En cada crisis que atraviesa la Argentina, se confirma una vez más que los activos inmobiliarios son un verdadero refugio de valor y además es un sector que muchas veces se beneficia de la devaluación o de las restricciones cambiarias como el cepo. Rocco agrega que: "con suerte van a pasar muchos años y a estos precios es muy difícil que se pueda recuperar la totalidad de su valor nominal. Por este motivo, tomamos esta iniciativa para que inversores en bonos puedan pasarse a un activo más seguro y tangible".
El proyecto, famoso por su casco histórico que es una antigua propiedad que perteneció al ex presidente Julio A. Roca, cuenta con una oferta de lotes cuyos valores arrancan en los US$37.000. "De todas formas y en base a la forma de pago, es decir todo en bonos o parte en bonos, efectivo o financiado, se determinará a qué paridad tomaremos cada bono, pero en todos los casos se estaría obteniendo un descuento muy importante", agrega el directivo, quien aclara que también venden las tierras financiadas tanto en pesos como en dólares. La iniciativa de la desarrolladora se da en un momento particular para la construcción con un costo que, según datos de Reporte Inmobiliario cayó 45% entre fines de 2017 y agosto de 2019. La explicación al descenso en sencilla, el 50% del componente de construcción corresponde a mano de obra que cotiza en pesos, mientras el resto son materiales que en gran parte no siguen directamente al dólar. De cara a futuro, Rocco agrega que en caso de que "el dólar siga aumentando en los próximos meses, el tiempo de duración de los procesos de obras de las casas - entre 12 y 18 meses- permitirá seguir generando una baja del costo de construcción porque el pass-through (pase de la devaluación a precios) no es inmediato".
Otra de las particularidades del proyecto es su espíritu eco friendly. Es un barrio energéticamente sustentable. Su masterplan fue pensado para mantener la vida campestre y cuenta con energía solar, un ecoparque, vivero, huerta orgánica, bosque natural, lagunas, forestación centenaria, estaciones aeróbicas y plazas saludables. "El objetivo es que las familias puedan disfrutar de la naturaleza en un ambiente natural que además le suma la constante innovación", concluye Rocco.
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