Por qué el río Mina Clavero merece ser una maravilla natural
CÓRDOBA. Tiene un recorrido de apenas 14 kilómetros y atraviesa la ciudad de Mina Clavero, que le da nombre a este río, en el corazón del oeste cordobés, en el valle de Traslasierra. Su corta extensión no fue un obstáculo para que el río Mina Clavero, con el voto de la gente, fuera elegido como una de las siete maravillas naturales de la Argentina, en el concurso organizado por la fundación internacional New Seven Wonders.
Este curso de aguas cristalinas -que en una creciente puede alcanzar los cuatro metros de altura- comparte, sorpresivamente, el podio con las Salinas Grandes (Jujuy), el glaciar Perito Moreno (Santa Cruz), los parques nacionales Talampaya (La Rioja) y Nahuel Huapi (Neuquén y Río Negro), la selva misionera, y el Bañado La Estrella (Formosa).
Traslasierra reúne decenas de poblaciones que conquistan por su entorno natural y también por su estilo de vida tranquilo, más en sintonía con la naturaleza. Mina Clavero es la ciudad más grande de la zona y el río es su corazón desde hace siglos. Roberto López, historiador por vocación, conocedor de todos los personajes de la zona y autor de Mina Clavero, crónicas de una historia, cuenta que en 1598 -en época de la colonia- el río se estableció como una división natural en la zona; de un lado Nono (a ocho kilómetros de la actual Mina Clavero) y, del otro, San Lorenzo (hoy Cura Brochero). "Desde aquellos tiempos el río siempre marcó la vida de la región", dice.
La votación convocada y realizada por las redes sociales no requería que quienes espontáneamente impulsaran lugares explicaran por qué lo hacían. Tampoco hubo por parte de Córdoba una campaña especial para promover que la gente se volcara a elegir el río. Cuando quedaban 70 opciones de las cerca de 250 originales, se hicieron acciones puntuales por las redes de parte de la provincia y de la municipalidad, pero desde ambas instituciones admiten que "sólo se sumaron al envión con que ya se venía".
Julio Bañuelos, titular de la Agencia Córdoba Turismo, entiende que más allá de la belleza del paisaje la selección podría deberse a "motivos emocionales; muchas familias tienen recuerdos de algunos de sus integrantes pasando por esta zona. La provincia recibe siete millones de turistas por año y muchos de ellos tienen la tradicional foto con las playas de Mina Clavero".
Playas y cascadas
El Mina Clavero se distingue del resto de los ríos y arroyos de la zona por las propiedades termales de sus aguas y por sus playas de 300 metros, que no se dan en ningún otro lugar del valle. La cuenca tiene la particularidad de que es cerrada con paredones de los dos lados hasta que, ya en la ciudad, se abre y da lugar a las playas. Los arroyos que lo conforman nacen en dos zonas naturales protegidas de Córdoba, la Pampa de Achala y la Quebrada del Condorito; cuando La Palmita se encuentra con El Manzano y nace el río que después de cruzar Mina Clavero se une al Panaholma y dan origen a Los Sauces, que tributa en el dique La Viña (a 33 kilómetros de la población).
Además de las playas céntricas, el nacimiento del río Mina Clavero es uno de los lugares más visitados. En el kilómetro 27 de la ruta provincial 34 hay un parador desde donde una caminata de dificultad media lleva a un balcón natural desde donde se aprecia el salto de 900 metros. La cascada fue bautizada por los lugareños como Toro Muerto y la mejor época para visitarla, por supuesto, es el verano cuando por las lluvias está en todo su esplendor. En el parador se pueden comprar artesanías y, además, disfrutar de los tradicionales asados de chivitos.
Otros balnearios más atractivos por sus características naturales son Nido del Águila, donde el río se encajona entre paredones de granito de hasta 22 metros de altura y hay piletas naturales que suelen superar los 10 metros de profundidad. A 1500 metros del centro de Mina Clavero es el lugar preferido de nadadores y clavadistas. La Toma cuenta con hoyas y cascadas y está a unos cinco kilómetros de la ciudad.
La Residencia, a 900 metros del puente central, debe su nombre al tradicional hotel Residencia Serrana, de arquitectura europea y que por su elevación en el terreno domina el paisaje; el río tiene profundidad medida baja y es ideal para los más chicos. Las Calaveras es un balneario de cascadas chicas y de diferentes profundidades; sus playas son pequeñas.
Si el recorrido del Mina Clavero se hiciera en línea recta, tendría apenas nueve kilómetros; por su cauce el recorrido es de 14 kilómetros. Se trata de un río aluvional: cuando en las zonas altas llueve mucho, en el bajo las crecidas son importantes.
López repasa que el potencial de Mina Clavero se fue desplegando con más fuerza desde 1905, cuando el ferrocarril llegó a Villa Dolores (a 46 km) y más visitantes empezaron a llegar para las curas de agua; entre 1914 y 1918 se construyó el primer Camino de las Altas Cumbres (atraviesa el cordón montañoso del oeste, en un paisaje impactante) y en 1928 la ciudad eligió su primer intendente. Ya ese año funcionaba en el lugar una "clínica privada cerca del río que ofrecía terapias hídricas".
Aguas como las de Evian
Desde siempre las aguas del río tienen fama de curativas y los investigadores asimilan su composición química a las del Evian, en Francia, donde surge el agua mineral más famosa del mundo.
En la segunda mitad del 1800, después de que a la Primera Exposición Agroganadera de la Argentina (1852) llegaran los comentarios de los beneficios de las "curas de aguas", el español Vicente Alcalde Espejo realizó una excursión al oeste cordobés para conocer el río y los productos naturales del lugar.
"Ya antes había noticias de que el Virrey Sobremonte mandaba a buscar las aguas por su calidad –relata López–; los pobladores la llamaban las mionas por sus propiedades diuréticas. A fines del 1800 e inicios del 1900 llegaban familias que se quedaban desde diciembre hasta fines de marzo para hacer terapias tanto para enfermedades renales como para el reuma. Así empezaron a construirse las primeras casas de veraneo pero, la primera suerte de hotel fue anterior y lo impulsó el santo Gabriel Brochero".
Brochero, que fue beatificado en 2016, se instaló en la zona en 1869 y siempre promocionó la calidad de las aguas del río e invitó a quienes padecían males renales o reuma a que vinieran a tomar baños. Más allá de su convencimiento de la bondad de las aguas, Brochero siempre trabajó para el desarrollo espiritual y material de la zona. Fue él quien actuó como celestino –al decir de López– entre una joven de 17 años huérfana y un viudo.
"Doña Anastasia de Merlo se convirtió en la fundadora de Mina Clavero desde el punto de vista turístico; con su esposo abrieron lo que fue la primera casona para huéspedes al lado del río, en lo que son las playas centrales de la ciudad; con ella empieza el perfil que tiene hoy", describe López.
Datos útiles
Como llegar
Cinco líneas aéreas unen la Ciudad de Buenos Aires con la de Córdoba; además hay buena conectividad con el norte y el sur del país Desde Córdoba una de las principales rutas de acceso es el Camino de las Altas Cumbres (RP-34), que atraviesa las Sierras Grandes y es en sí mismo una atracción turística. Son 160 kilómetros.
Dónde dormir
En Mina Clavero hay hosterías y hoteles desde 1200 pesos por día por persona con desayuno y una amplia variedad de complejos de cabañas, a partir de los $1500 diarios. Una oferta similar tiene Nono, a ocho kilómetros. Desde ambos luagares es fácil acceder a todo el valle de Traslasierra.
Dónde comer
Los sabores típicos del valle son los cabritos, el queso de cabra, los hongos, el aceite de oliva y los vinos que se producen en la zona. Belgrano 1340 en una buena opción en Mina Clavero, al igual que Mi Lugar y El Viejo Nogal.
Qué hacer
En épocas de otoño e invierno, toda la zona ofrece una amplia variedad de recorridos para practicar senderismo, trecking y mountain bike. El turismo religioso tiene su centro en Villa Cura Brochero (a 8,5 kilómetros) donde está la casa museo y la iglesia del santo argentino. La pesca está permitida en el dique La Viña. Durante todo el año hay excursiones al parque nacional Quebrada del Condorito, una profunda grieta de 800 metros de profundidad, en cuyas lagunas se bañan los cóndores. Además del avistaje de las aves, se pueden hacer safaris fotográficos, cabalgatas y trecking.