Mundial de rugby: los Pumas, ante la misión de cortar la mala racha contra los europeos
Hirono, FUKUSHIMA.- El entrenamiento en el J-Village ya terminó y hay cuatro que siguen en el medio de la cancha. Evidentemente están hablando de algún tema importante, porque se quedan un rato largo. Diez, quince minutos quizás. Pero parecen distendidos. De vez en cuando a la distancia se escucha alguna risa. Si no fue ahí, seguramente en algún momento habrán tocado el tema. El entrenador de los Pumas Mario Ledesma y sus asistentes Juan Martín Fernández Lobbe, Nicolás Fernández Miranda y Martín Gaitán están atravesando una situación similar a cuando jugaban juntos. En 2007, los Pumas debutaban en un Mundial ante Francia, lo mismo que ocurrirá el sábado en el estreno de Japón 2019, a las 4.15 (hora argentina) en Tokio.
Ya no dentro de la cancha (Gaitán se perdió el Mundial por una afección cardíaca pero siguió al lado del equipo) sino como head coach (Ledesma) y entrenadores asistentes (el resto). A ellos hay que sumar a Juan Manuel Leguizamón, el único que se mantiene en el plantel, y a Gonzalo Longo, hoy manager. "Veo en este equipo un espíritu similar al de aquél", dijo Mario, palabras más palabras menos.
La realidad, no obstante, es que trata de dos equipos completamente diferentes, más bien opuestos.
Si los Pumas versión 2007 vencieron a Francia camino a la medalla de bronce fue en buena parte porque aquel equipo estaba compuesto por jugadores que actuaban en Europa. Hernández, Pichot, Contepomi, Corleto, Albacete… la lista es larga. Todos figuras de equipos grandes. Cuando jugaron contra Francia, Irlanda y Escocia, del otro lado había jugadores que enfrentaban semana a semana. En semifinales, Sudáfrica resultó una fiera de otra índole que no supieron domar.
La medalla de bronce propició el ingreso al Rugby Championship y al Super Rugby. Los Pumas dejaron de ser una nación periférica en el mundo del rugby y empezaron a tener contacto frecuente con las potencias del sur. Abrazaron esa alianza y hasta modificaron su estilo de juego. El crecimiento fue abismal, pero trajo aparejados varios efectos secundarios. Uno de ellos: las dificultades a la hora de enfrentar a los equipos europeos. Y precisamente Francia e Inglaterra son los rivales a vencer aquí.
Después del Mundial 2015, los Pumas sólo ganaron un partido ante las cinco potencias del Viejo Continente (Inglaterra, Irlanda, Gales, Escocia y Francia). Fue en el primero de ellos, 30-19 a Francia en Tucumán, en junio de 2016. Luego sobrevinieron 14 derrotas consecutivas, racha que se mantiene hasta hoy.
Hay varios condicionantes que se pueden esgrimir para explicar este fenómeno, que de tan contundente deja de ser un dato meramente estadístico. Como que la gira a Europa a fin de año encuentra a los Pumas cansados tras una larga temporada y a los rivales apenas arrancando la suya, pero se cae cuando se advierte que lo opuesto ocurre en junio y los resultados son los mismos. Antes bien, hay que aceptar que los Pumas no pudieron, desde el ingreso al Super Rugby, ajustar su estilo al juego que proponen los europeos.
"Nunca queremos poner excusas. Está bueno que sea una deuda pendiente para redoblar el esfuerzo. En Europa se disputa más la pelota en el piso que en el hemisferio sur, pero el foco está puesto en hacer bien nuestras cosas", explicó Fernández Miranda.
Tomás Lavanini coincidió: "Los europeos te juegan mucho en el breakdown y la verdad es que lo hacen bien, porque eso es a lo que ellos juegan. En el hemisferio sur se tira sólo uno a pescar y acá se meten dos o tres pibes a molestar, y la verdad es que al no estar acostumbrados a ese juego se complica bastante."
Pasando en limpio: en el hemisferio sur, tanto por la idiosincrasia de los equipos e incluso por la forma de arbitrar, aunque el reglamento es el mismo, los equipos del norte disputan la pelota luego de un tackle de manera mucho más intensa, lo que demora la liberación de la pelota, favorece el reordenamiento defensivo y hace más difícil encontrar espacios por afuera.
"Contra los europeos salen partidos un poco desprolijos. Ellos buscan mucho hacerte la pelota lenta y por ahí nosotros estamos acostumbrados con el Rugby Championship a jugar partidos más fluidos, no tan embarrados", abundó el segunda línea Guido Petti Pagadizábal.
No hay mejor ejemplo que el último enfrentamiento con los franceses, en noviembre último. Francia ganó 28-13 en Lille en uno de los peores partidos de la era Ledesma. El equipo lució sin actitud (que será determinante el sábado) y fue superado en el punto de contacto. Cuando un equipo se impone en esta faceta, gana metros en lugar de retroceder cada vez que entra en contacto con el rival, se hace más sencillo limpiar el ruck y liberar la pelota rápido, además de tomar a la defensa en retroceso.
Ante este estado de situación hay dos opciones posibles. Una es perfeccionar al extremo la limpieza del ruck y propiciar el juego rápido, donde los argentinos hoy tienen una ventaja por sobre Francia e Inglaterra.
"Francia va a venir a complicarnos mucho en los rucks, a ensuciarnos todas las pelotas, a que se salgan lentas y a que no podamos proponer nuestro juego. Vamos a tener que estar antes que ellos y limpiar los rucks bien para que nuestros conductores tengan pelotas limpias", confió Lavanini. "Si nos hacen pelotas lentas va a significar que nos meten muchos tipos a limpiar los rucks, y ahí tenemos un punto a favor, tenemos más espacios por afuera. Tenemos que limpiar eso rápido, sacar la pelota rápida para que por afuera haya más espacios. Lo que venimos analizando es que por donde más los podemos quebrar es por afuera."
Juan Figallo propuso una alternativa más drástica: "Hay que c… a palos en todo. Hay que negarles el duelo. Las pelotas te las hacen lentas porque los dejaste entrar al ruck. Que no haya persona de ellos en el ruck para que nuestro medio-scrum tenga libertad para hacer con la pelota lo que el equipo necesita."
Otra opción es adaptarse a este ritmo de juego, sin dejar de intentar pero tampoco topándose tercamente contra una pared y arriesgándose a perder la pelota y favorecer contraataques o ceder penales, tal lo que ocurrió en Lille, por continuar con el mismo ejemplo. Y no frustrarse si las cosas no salen. Una variante en este caso puede ser la utilización del pie, no ya como alternativa sino como parte del sistema de ataque.
Hacia allí apuntó Nicolás Sánchez, que juega en Stade Français y conoce muy bien al rival, lo mismo que Benjamín Urdapilleta, el otro apertura: "Por las características de los partidos con que nos vamos a encontrar, con el clima de mucha humedad y que posiblemente llueva el sábado, el pie va a ser parte de la estrategia y no un plan B. Es algo muy importante y nosotros tenemos muy buenos receptores aéreos, y hay que sacar provecho de eso. No solamente cuando ellos hagan la pelota lenta sino también como una opción de ataque."
De todo esto habrán estado hablando mucho Ledesma y compañía.
Los duelos contra las potencias de Europa después del Mundial 2015:
- 19/6/16: Argentina 30-Francia 19, en Tucumán
- 25/6/16: Argentina 0-Francia 27, en Tucumán
- 12/11/16: Gales 24-Argentina 20, en Cardiff
- 19/11/16: Escocia 19-Argentina 16 Argentina, en Edimburgo
- 26/11/16: Inglaterra 27-Argentina 14, en Londres
- 10/6/17: Argentina 34-Inglaterra 38, en San Juan
- 17/6/17: Argentina 25-Inglaterra 35, en Santa Fe
- 11/11/17: Inglaterra 21-Argentina 8, en Londres
- 25/11/17: Irlanda 28-Argentina 19, en Dublín
- 9/6/18: Argentina 10-Gales 23, en San Juan
- 16/6/18: Argentina 12-Gales 30, en Santa Fe
- 23/6/18: Argentina 15-Escocia 44, en Resistencia
- 10/11/18: Irlanda 28-Argentina 17, en Dublín
- 17/11/18: Francia 28-Argentina 13, en Lille
- 24/11/18: Escocia 14-Argentina 9, en Edimburgo