Mundial de rugby. Los hinchas argentinos gambetean la crisis y son mayoría frente a los franceses en Tokio
TOKIO.– El tren se demora en la estación de Meidai-Mae, a medio camino hacia el estadio. Suenan algunos gritos a lo lejos, se oye una voz en japonés por altoparlante que repite algún pedido. La puntualidad rigurosa del sistema ferroviario se ve mínimamente alterada. No se advierte qué ocurre en el vagón de al lado, donde parece estar el altercado. Pero sí lo que ocurre en el andén: "Nos vamos al fanzone, nos vemos después. Nos encontramos en aquel lugar", gritan unos sujetos con camisetas celestes y blancas. Argentinos tenían que ser.
Los Pumas están a punto de debutar en el Mundial de rugby Japón 2019 y la hinchada reconocidamente más pasional de este deporte dice "presente". Si bien las proyecciones (y el sentido común) no auguraban una gran afluencia, en lo previo al debut del seleccionado ante Francia los simpatizantes argentinos se robaron la fiesta.
Con parlantes, cumbia, pelucas enruladas rubias y la estrambótica camiseta alternativa de los Pumas, un grupo de las camadas 75 y 76 de Duendes daba la nota cantando y bailando. Japoneses y hasta franceses (que al menos en las adyacencias del Tokyo Stadium parecían franca minoría) les pedían fotos, a las que aquellos accedían gustosos.
El elevado costo de vida de Japón, la lejanía y la constante devaluación del peso argentino conspiraron decididamente contra una mayor afluencia de argentinos, que siempre dan el presente. Cuando juega una selección albiceleste, cualquiera sea el deporte, allí hay un grupo grande de hinchas. El Mundial de básquetbol en China fue otra muestra.
"La idea de venir salió en un asado y terminamos de pagar el viaje antes de que explotara todo, así que no nos agarró la crisis. Si no, imposible", se alivia Cristian Wayar, salteño como su compañero Miguel Matteo, ambos del Jockey Club de su provincia.
Un grupo grande de hinchas intercepta al periodista y reclama por Bautista Delguy y Lucas Mensa. Naturalmente, los simpatizantes son de Pucará, y lo exteriorizan con una gran bandera y algunas camisetas emblemáticas. "A esta la usó Diego Palma en el Mundial de seven", cuenta uno. "Esta es de Lucas González Amorosino. Original", se enorgullece otro. Es el cuarto Mundial al que asisten en banda y aseguran que el trapo está invicto.
También es llamativo el número de japoneses con camisetas argentinas, pero fue imposible encontrar alguno que hablara inglés. "¡Argentina!" es todo lo que se limitaron a decir.
"Se sacaron buenas notas y pudieron venir", cuenta Cristina, en referencia a sus hijos Benjamín, Felipe y Lucas, de 14, 12 y 9 años. Juegan en las juveniles San Andrés y desde que terminó Inglaterra 2015 venían planeando este viaje.
Es posible que el celeste y el blanco queden algo disimulados en la inmensidad del estadio. Pero no hay dudas de que se harán sentir.