El nuevo Tevez: cómo se reinventó de la mano de Russo para sentirse otra vez importante en Boca
La mirada al banco de suplentes cada vez es más fija, sin parpadear. El rostro se muestra serio, signo del compromiso y la seriedad que merece pelearle la Superliga a River. El semblante pertenece a un Carlos Tevez satisfecho, con la sensación del deber cumplido. De devolver esa confianza que Miguel Ángel Russo depositó en él, sin prometerle nada de antemano. De salir de la incertidumbre de seguir o no en Boca a este presente en el que verdaderamente se siente importante.
Porque no fueron días fáciles para Carlitos aquellos que rodearon a las elecciones de diciembre en las que Jorge Ameal se impuso con una diferencia clara por el acompañamiento de Juan Román Riquelme. Marcado por su apoyo del pasado hacia Daniel Angelici, era una incógnita qué pasaría con Carlitos, más allá de las intenciones mutuas de continuar el vínculo. Si hasta Tevez llegó a soltar una frase que desnudó su temor: "De una u otra manera quiero seguir en Boca. Hasta de utilero...".
No solo por su peso político en 2015, sino que también el dilema pasaba por sus bajos rendimientos. Eso claro que puede tener continuidad, como sucedió en los encuentros ante Independiente (0-0), Talleres (2-1) y Atlético Tucumán (2-0). Es lógico: si su nivel, salvo algunas excepciones muy aisladas, siempre estuvo bajo la lupa, ¿por qué las cosas cambiarían en cuatro fechas? Lo importante es el apoyo de Russo. Porque, pese a aquello, mantiene su postura de darle la titularidad, algo que Tevez ya avisó que le sirve en lo futbolístico y mental cuando tuvo que contar su (mala) experiencia cuando fue dirigido por Gustavo Alfaro en 2019. "Me dijo que era su emblema, pero pasaron dos o tres partidos, no lo hice bien y decidió sacarme. Así es difícil agarrar confianza", dijo hace dos meses.
El técnico actual eligió otro camino: no decir demasiado ante los micrófonos y buscar su mejor versión. Cuando parecía fuera del equipo titular, el entrenador le dio hasta la cinta de capitán. Y, de hecho, la conformación del equipo, probablemente, tenga en uno de sus argumentos la búsqueda del máximo potencial del delantero, de 36 años. Villa y Salvio le ponen vértigo al equipo por los costados para intentar asistirlo, con espacios; Soldano, ‘9’ nato, está ubicado de segunda punta para hacer el desgaste que el Apache ya no puede hacer y llegue más lúcido a la zona de definición.
Por eso es que no fue casualidad lo que ocurrió el domingo en Santiago del Estero. Tevez no venía de buenos encuentros: con una definición bárbara al segundo palo, apenas había mostrado su jerarquía para darle al xeneize el segundo gol en Córdoba.
Sin embargo, ante Central Córdoba se destapó: convirtió un doblete, asistió a Villa en el cuarto tanto, le hicieron un penal, manejó bien los hilos del equipo y fue la gran figura de la goleada (4-0). Pudo haber convertido uno más: pese a que le atajaron un penal en el primer tiempo, se le presentó la oportunidad de ejecutar un segundo, pero se lo dejó a Soldano.
"No soy egoísta. Si un compañero lo pide, uno tiene que dárselo por respeto. Después, obvio, tengo a Miguel y a mis compañeros retándome por no patearlo. Pero eso siento yo, no necesito otro penal para ser figura o saber que jugué bien", expresó tras su gran actuación, sacando a la luz el alma de ídolo y referente.
"Lo de Carlos no me extraña porque uno lo viene viendo todos los días", aseguró Miguel Russo en la conferencia de prensa, que no suele querer hablar de nombres particulares. La apuesta y el acierto de incluir entre los titulares al ídolo tiene doble mérito si se tiene en cuenta que, como dijo el DT, "es un torneo de siete fechas en el que no hay margen de error".
Además, esa determinación deja sentados en el banco de suplentes a dos nombres con mucho peso: Ramón Ábila y Mauro Zárate, recuperado de un desgarro y titular ante Independiente, en el primer encuentro oficial del año.
"Para nosotros es importante la sana competencia. Hoy (por el domingo) me quedaron afuera Wanchope y Mauro, chicos que están en buen nivel, confiamos en ellos y los vamos a necesitar, como a todos. Se apoyan y ayudan entre todos, eso es importante", se mostró contento Russo. Por la buena disputa de los puestos que tiene en su plantel y porque que la sociedad Tevez-Soldano va por buenos carriles.
Con sus dos goles ante los santiagueños, Tevez alcanzó una nueva marca. Llegó a los 82 tantos oficiales con la camiseta azul y oro (en 242 encuentros) e igualó la línea de Rodrigo Palacio en el puesto 14 de la tabla de goleadores históricos del club. Está a uno de alcanzar a Alfredo Graciani y a cuatro de codearse con Guillermo Barros Schelotto y Sergio Martínez. ¿Para entrar al top 10? Vaya paradoja: deberá alcanzar los 92 tantos que ostenta Riquelme.
Ahora aparecerá el desafío personal y la exigencia de las tribunas: Carlitos debe sostener su buen rendimiento y que su experiencia sea vital en este esprint final. La confianza del técnico, esta vez sí, parece estar firme.
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