Las volteretas de Alberto Fernández

A continuación, la desgrabación de sus principales conceptos:

• Las cosas que están pasando en este momento en la Argentina tienen que ver, básicamente, con la frágil vinculación de Alberto Fernández con el poder que él mismo representa en lo formal. Evidentemente es un poder que en los hechos no tiene.
• Se pueden enumerar tres volteretas. La primera, respecto a la cuarentena. Alberto Fernández hasta hace cinco minutos le decía a todo el mundo que a él solo le importaban los muertos y no la economía. La realidad lo corrió de eje, lo sacó. El 'quedate en casa', de a poco, tuvo que ir perdiendo potencia porque la gente estaba desesperada. Hoy ya nadie cumple la cuarentena. Hay cada vez menos adherentes al confinamiento y algunos comenzaron a reunirse. Se está quebrantando la voluntad que había antes y se suma la crisis económica. Alberto Fernández tuvo que ceder. Esto tiene que ver con la lógica política. No podés dar una orden que no se cumple. En el momento en que hay más casos y más fallecidos, el Gobierno decide flexibilizar la cuarentena.
• Las volteretas son críticas y ponen en evidencia la crisis de autoridad que tiene Alberto Fernández generada, básicamente, por la dinámica de poder que lo llevó a la presidencia. Él tiene la autoridad formal de una coalición, de un amontonamiento de personas y de ideas sumamente heterogéneo, en el que todos luchan porque sus posiciones sean las que imperen en este momento. ¿Quién tiene más poder?. ¿Máximo o Alberto?
• La segunda voltereta tiene que ver con Víctor Hugo Morales. Él estaba hablando por radio y criticaba a Alberto Fernández con bastante crudeza porque el el gobierno de Alberto, a través del Embajador argentino ante los Organismos Internacionales, había criticado la violación de Derechos Humanos que existe en Venezuela: torturas, desapariciones, asesinatos. Todo lo que casi todos los ciudadanos del mundo saben. Que Nicolás Maduro manda a matar, a desaparecer y a torturar gente. El Gobierno, para sorpresa de muchos, había cuestionado esa conducta de Maduro, pero a Víctor Hugo Morales -que parece que está de acuerdo con todas esas prácticas- le pareció horroroso. El Presidente, que se ve que no tenía nada mejor que hacer, estaba escuchando el programa y llamó por teléfono a la radio para intentar convencerlo a Víctor Hugo de que no era tan así. Y se dio vuelta y salió a bancar a Nicolás Maduro.
• La tercera voltereta tiene que ver con el Memorándum con Irán. Cuando Alberto Fernández se pelea con Cristina Kirchner, a principios del primer gobierno de ella, pasa por un momento en el que no aparece por los medios. Luego, cuando aparece, se convierte en el más critico y alrededor de los años 2012, 2013 y 2014, cuando el gobierno de Cristina hace un giro geopolítico nunca entendido ni explicado e intenta hacer un acuerdo parlamentario para crear una especie de justicia paralela para el atentado a la AMIA, Alberto Fernández decía que eso era un espanto, anticonstitucional, antidemocrático, que era para garantizar la impunidad de los terroristas. Hoy, el Presidente hizo un Zoom con autoridades de la colectividad judía internacional hablando del caso AMIA y dijo que es verdad que él había criticado al Memorándum por Irán, pero que ahora lo entendía.
• Alberto Fernández se da vuelta porque tiene un problema serio de autoridad. Está haciendo malabares y está intentando pociones mágicas para quedar bien con la gente a la que representa. Está con una crisis de identidad terrible. Este es el peor momento desde que empezó su gobierno. Está desesperado porque lo quieran los suyos. Está empezando a gobernar para ellos y a decir y a tomar decisiones para intentar recomponer su autoridad en un gobierno en el que lo cascotean todos.
• Vale preguntarse a siete meses del gobierno de Alberto Fernández cómo va a continuar todo este proceso. Si está tan debilitado, ¿va a poder seguir liderando?.¿Qué va a pasar con esto?. Porque la crisis de autoridad de Alberto Fernández no es por la economía, ni por la pandemia, ni por la oposición; es por el lugar al que representa, por su propio grupo de poder, entre otros, con la figura de Máximo Kirchner.