¿Conocés a los jóvenes viejos?
Es un concepto que recorre el mundo desde hace un tiempo, así que tal vez ya lo escuchaste: los jóvenes viejos. Están por todos lados, y hasta pueden ser nuestros propios hijos, sobrinos, nietos. Hace rato que la ciencia demostró que podemos tener diferentes edades. Suena extraño, pero es cierto. Porque una cosa es la edad cronológica, esos 30, 40, 50 o 60 años que tenés y que no podés modificar. Pero luego existe la edad biológica, que se refiere al estado de nuestra salud, la cual depende mucho de lo que hiciste con tu vida los últimos 20 años. Porque de acuerdo al lío –o no– que hayas hecho, estarás mejor o peor; no es lo mismo haber tomado y comido mucho que haberte cuidado en líneas generales, ni tampoco haber tomado o no medicación. Y ni hablar de si hiciste ejercicio y te mantuviste activo.
Y en ese punto es donde se encuadran los jóvenes viejos. Son esos chicos de 14, 16, 18 años y más que tienen edad adolescente o juvenil pero viven de modo sedentario. Esos chicos que aunque podrían ser súper atléticos y saludables se pasan el día delante de las pantallas, yendo de la computadora y la Play al celular y la tablet, perdiendo masa y tono muscular con cada día que pasa. Son esos chicos que muchos padres miran resignados y simplemente dejan ser, sin darse cuenta del daño que les están haciendo al no empujarlos a una vida mejor. Porque como es un problema común y por ende repetido, se va naturalizando y considerando menos grave. Pero como se suele decir, mal de muchos, consuelo de tontos.
Si tenés en casa un joven viejo deberías empezar por confrontarlo con esta definición. La vejez tiene mala prensa y –aunque no tiene nada de malo bien llevada– a nadie le gusta encarnarla, y menos si se está en la plenitud de la vida. Luego, podés seguir por proponerle algunos objetivos simples pero necesarios para empezar a moverse, como salir a andar juntos en bicicleta, organizar partidos de algún deporte con amigos una vez por semana o hasta anotarse en un gimnasio con buenas clases. La premisa es que prueben empezar a activar y salir de la burbuja tecno, porque les puedo asegurar que después no va a pasar mucho hasta que las endorfinas hagan su magia y demuestren lo bien que se puede sentir un poco de ejercicio. Ni hablar cuando empiecen a ver los resultados en su cuerpo en una edad en la que la autoestima y la imagen son todo.
Finalmente, también hay otra edad, que a mi parecer es la más linda de todas: la psicológica. Que es nada más y nada menos que como vos te sientas. Por ejemplo, que tengas 60 y te sientas de 40, ¡como me pasa a mí! Tiene que ver, precisamente, con cómo te cuidaste a lo largo de tu vida, repercutiendo no solo en un buen estado de salud sino sobre todo en una gran apreciación por vos mismo y tus capacidades.
Sabiendo todo esto, te pregunto entonces ¿ya elegiste cómo querés envejecer?
Cuatro libros
Para mantener la mente en forma
- Alicia en el país del estrés. Dra. Laura Maffei
- ¡Dejalo pensar!. Valeria Gigena y Natalia Burón
- Ser feliz es una decisión. Fabián Ciarlotti
- 8 valores claves para convivir. Alejandro Castro Santander
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